La final del morbo: Mirotic frente al Madrid
Los blancos aspiran a dar caza al Barcelona en el palmarés
Habrá final inevitable en la Supercopa, el Clásico más esperado del verano para resolver el primer título de la temporada y el último de la década con Mirotic acaparando foco. Los dos colosos del baloncesto español se han plantado en el duelo decisivo por caminos opuestos. Mientras el Madrid se paseó ante el Fuenlabrada, el Barça padeció ante un Valencia que intenta recortar distancia con una plantilla de 14 jugadores, un juego interior reforzado y un Marinkovic que ya da que hablar. Apretó, y mucho, la escuadra taronja pero no le dio ante “el exuberante talento del Barcelona”, como decía Ponsarnau en la previa. Menos pletórico, imaginamos, por aquello de que aún es pretemporada y los mundialistas llegaron anteayer.
Será la sexta final MadridBarça del torneo, con balance de 3-2 para los blancos, que aspiran a dar caza a su rival en el palmarés de la Supercopa. Porque los azulgrana mandan aún por seis títulos a cinco después de que el Real celebrara cuatro de los siete últimos.
Es la final menos importante del curso, aunque viene subidita de temperatura con el fichaje de Mirotic como agente incendiario. El ala-pívot ya escuchó ayer los reproches de la afición madridista, insultos incluidos. Y hoy se redoblará el tono en el primer duelo directo desde que le diera el sí al Barça este verano tras formarse en el club blanco desde que tenía 15 años y hasta que se marchó en 2014 a la NBA, ya con 23 y cierta acritud con Laso. No ha vuelto por dinero, sino por su familia y para competir, porque en EE UU, pese a su monstruoso contrato actual (el mejor pagado de Europa: unos ocho millones de euros brutos), podría casi duplicar esa cifra.
Es el emblema de la millonaria apuesta culé por replantar la tierra quemada: 17 a 7 en títulos con Laso en el banquillo. Aún sin Abrines, el Barça lucirá cuatro de sus cinco incorporaciones. Porque Mirotic no está solo. Una de ellas, Higgins, dio ayer la estocada al Valencia. Y si quieren más morbo, ahí tienen a Davies, que iba rumbo a Madrid y viró en pleno vuelo.