El momento de Isco, ahora o nunca
Después de una temporada en el limbo, a sus 27 años Isco se encuentra en un momento clave de su carrera deportiva. Observado con lupa en el Bernabéu por algún comportamiento casquivano del último curso y reducido a meritorio en el escalafón de la actual plantilla, no le queda otra que dar un paso adelante e intentar convencer a Zidane de que todavía esta para luchar. Como le convenció en aquellas dos temporadas gloriosas en las que terminó siendo titular en las finales de Champions ante Juve y Liverpool, dejando a Bale el banquillo. Aquel Isco que se hacía las fotos con las copas en el vestuario en compañía de su bro Asensio no ha vuelto a sonreír de la misma manera. Hace un tiempo que parece que se dejó ir, como si aquellos días de mal rollo con Solari le hubieran llevado a poner el foco en otro ámbito de su vida distinto al profesional.
Para colmo, y como era de esperar, su mala situación en el Madrid se trasladó a la Selección, donde pasó de ser el genio que bailó y le marcó dos goles a Italia en el Bernabéu a irse cayendo de las convocatorias y no aparecer entre los fijos para la Eurocopa. En este panorama tan negativo surge una ventana de esperanza debido a las lesiones de algunos compañeros y se le abre la posibilidad de entrar en el once ocupando plaza de centrocampista o de enganche. Como tampoco sabemos muy bien lo que tiene el entrenador en la cabeza, lo mismo encuentra su sitio de casualidad, cosa que ya ha sucedido alguna vez con Zidane. Pero, en cualquier caso, es necesario un empujón de orgullo y de ambición por parte del futbolista, rebelarse contra su actual situación, enfadarse y demostrar en el campo que en su séptima temporada sigue con hambre. Si no aprovecha la oportunidad, dará la impresión que ya está pensando en la salida.