AS (Catalunya)

Logró su cuarta victoria en el Dakar y hoy abre pista

- VÍCTOR SERRANO

El martes fue un día de perros. El Dakar llegó a Haradh y trajo consigo un fuerte viento que hacía muy difícil la vida en el campamento. La fina arena del desierto se metía por todas partes y, aunque no llegaba a ser una tormenta como tal, anticipaba la llegada de algo peor. Y así fue. Ayer, las condicione­s empeoraron por la zona del ‘Empty Quarter’ (la más deshabitad­a de Arabia Saudí) que atravesaba la carrera y la organizaci­ón decidió neutraliza­rla en el kilómetro 345 de los 533 de la primera parte de la maratón. Por el viento y porque los siete helicópter­os no daban abasto entre tantos percances. Aun así, hubo espacio suficiente para que pasasen muchas cosas, buenas y malas…

La mejor, la tremenda victoria de Sainz, la cuarta en este

Dakar. Por supuesto, más que ningún otro. En las poco más de dos horas que tardó en recorrer los 223 kilómetros contra el cronómetro, le dio tiempo a marcar unas diferencia­s importante­s respecto a sus dos rivales, desquitánd­ose a lo grande de los dos últimos días. Le sacó casi 12 minutos a Peterhanse­l y, agárrense, ¡casi 18 a Al Attiyah! El madrileño no pudo aprovechar mejor su quinto puesto de salida para volver a poner tierra de por medio entre ambos perseguido­res, a los que les tocó abrir pista y se perdieron en el intento.

Así, en un solo día, Sainz y Lucas Cruz recuperaro­n casi todo el terreno que había perdido y cuentan con un margen de más de 18 minutos en el liderato respecto a Nasser y Stéphane, y eso que quedó por ver lo que hubiera podido pasar de haber completado la etapa… Hoy, vuelven a cambiar los papeles y le tocará abrir pista al español, pero esa renta le permitirá tomárselo con más calma, dentro de lo posible. Quien quiso ir al ataque desde el principio en busca de la victoria con la que soñaba, y desde una “posición ideal” como él mismo calificaba el día anterior, fue Alonso. Y lo demostró desde el minuto uno, quizá demasiado…

Y es que nada más empezar la especial, a prácticame­nte un kilómetro de arrancar, el asturiano volcó en una gran duna. Un punto crítico al comienzo del día en el que dio dos vueltas de campana dejando numerosos daños en el Toyota: rompió el parabrisas, perdió los dos faros delanteros, tuvo que cambiar dos ruedas, dañó el techo y también parte de las suspension­es. Encaró la cresta

Sainz

Alonso Volcó nada más comenzar y se dejó más de una hora

de la duna demasiado de lado y demasiado rápido, y tuvo demasiados daños como consecuenc­ia. Lo peor en una etapa sin ayuda de mecánicos como esta, en la que solo se permite ayuda entre pilotos.

Al menos Fernando y Coma pudieron reparar algunos daños y continuar hasta la meta, sin parabrisas eso sí. Perdió 1h 17:33, ni tan mal para cómo quedó el coche y lo que pudo ser de haberse hecho la etapa al completo. Luego llegaría casi lo más duro: intentar reparar lo que quedase en Shubaytah, donde había que pasar la noche. Peor le fue a Nani Roma, sin golpe, pero con avería en la caja de cambios que le hizo perder cuatro horas. Con los dos en problemas, el segundo mejor español del día fue Calleja, que tuvo la gran etapa que nos anticipaba al ser 24º. Top 35 para Fuertes y Cristina Gutiérrez. Aunque aquí, el verdadero top, es Sainz.

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