Durante el tiempo de baja se percibirán los sueldos íntegros
La comisionada de la WNBA (la Liga femenina de baloncesto en EE UU), Cathy Engelbert, estaba feliz después de que las doce franquicias y el sindicato de jugadoras cerraran con apretón de manos las negociaciones del nuevo convenio colectivo, el quinto desde que la NBA creó esta competición en 1996: “Es un día histórico. Esta es una gran apuesta por las mujeres, es la hora del deporte femenino. Estas jugadoras han redefinido lo que significa ser mujer y deportista profesional”.
En Estados Unidos, desde luego, se interpreta este acuerdo como un paso histórico para todo el deporte femenino y para una WNBA en la que empezaba a ser insoportable la quiebra entre el crecimiento de la Liga y las precarias condiciones de unas jugadoras obligadas a estar activas durante todo el año, con pasos por otras Ligas (Europa, China...) para ganar un dinero extra cuando la WNBA paraba.
La pasada temporada, el salario más alto en la WNBA apenas superaba los 117.000 dólares y el medio estaba en unos 72.000. En el reparto de ingresos con las franquicias, las jugadoras percibían totales por debajo del 23%, números que no se ven en el deporte masculino desde los años 50. En la NBA, por ejemplo, ese reparto es casi al 50%. Y todo en una Liga que va a afrontar su vigésimo cuarta temporada con un crecimiento exponencial en cuanto a popularidad. Las audiencias televisivas aumentan a un ritmo de más del 30% anual y las medias están (en ESPN2 y ABC) por encima de los 318.000 telespectadores. En los pabellones el promedio de asistencia supera las 8.000 personas.
Con el nuevo convenio, que tendrá vigencia hasta 2027, las condiciones de las jugadoras mejoran drásticamente. El salario pasa de 117.000 a 215.000 dólares, un aumento del 83%. El de las rookies será de 62.000 (un 25% más), y el medio rondará los 130.000 y estará por primera vez en las seis cifras. El salary cap (tope de gasto anual en salarios de las franquicias) subirá hasta 1,3 millones y se han aprobado unas ganancias extra que pueden poner a las estrellas en el medio millón anual. Con un reparto de ingresos que llegará al deseado 50% a partir de 2021 si se cumplen determinados criterios de crecimiento, habrá además inyecciones adicionales de capital que se obtendrán, por ejemplo, de acuerdos comerciales de las franquicias y de una Copa de la Comisionada, un nuevo torneo parecido al que quiere implantar la NBA.
Las jugadoras, que crearán a partir de 2021 un evento de “música, moda y cultura”, verán también mejorado, otra vieja reivindicación, su bienestar en los viajes: habitaciones individuales de hotel (hasta ahora un derecho solo de las más veteranas) y viajes todavía en vuelos comerciales pero con asientos más espaciosos (y billetes en primera para las que sean all star). La WNBA también ha aprobado, otro aspecto esencial, un plan para cubrir lo que eran unas carencias obvias en los casos de maternidad. A partir de ahora, las jugadoras que sean madres ganarán su sueldo íntegro durante su baja, cuyo tiempo además determinarán ellas, y tendrán derecho a apartamentos de dos habitaciones, un ingreso extra de 5.000 dólares anuales e instalaciones en sus lugares de entrenamiento adaptados a las necesidades de la crianza.
Ilusión “Esta es la hora del deporte femenino”, asegura la comisionada
Maternidad