En Inglaterra se quedarían sin fechas para la Copa de la Liga
con los que poder aprovechar el cambio en la estructura de la competición.
En principio hay dos posibilidades para alterar el formato actual de la Champions, que es el mismo desde hace 16 años. La primera es introducir una segunda liguilla en la ronda de octavos, al igual que ya se hizo durante cuatro temporadas entre los años 1999 y 2003. Los equipos jugarían los seis partidos de esa liguilla -en vez de los dos actuales de octavosy accederían directamente a cuartos. Tiene el atractivo de que las segundas liguillas serían de un nivel altísimo y los grandes equipos correrían menos riesgo de quedar fuera que en una eliminatoria a doble partido como ahora.
La otra alternativa, más novedosa, sería componer la Champions mediante seis grupos de seis equipos. Es decir, en vez de 32 serían 36 los clubes en la fase de grupos. La ampliación de equipos por grupo es una medida que la UEFA nunca ha tomado para su torneo principal -siempre hubo un máximo de cuatro-, aunque sí la ha utilizado en la Europa League (hubo cinco por grupo hasta su última reestructuración en 2009). Cada conjunto disputaría diez partidos en la liguilla, más los habituales siete desde octavos hasta la final. De cada grupo se clasificarían para las eliminatorias los dos primeros, más los cuatro mejores terceros de todos ellos.
El único pero considerable que puede encontrarse la ECA en su deseo de estirar la Champions está en el calendario. La ampliación supondría una alteración y un recargamiento que puede afectar a varios grandes países europeos. Los torneos menores correrían riesgo de desaparición, de hecho. En Inglaterra, por ejemplo, la Carabao Cup -Copa de la Liga- apenas tendría fechas en las que poder disputarse. Desde Inglaterra se barrunta con que podría pasar a ser un torneo que disputarían sólo los equipos que no jueguen competiciones europeas. El interés, en consecuencia, disminuiría considerablemente.
En España, los últimos cambios en el formato de la Copa del Rey favorecen la implantación de esta nueva Champions. Al ser una competición a partido único hasta semifinales, quedan más huecos en el calendario y -en vez de fechas libres- los clubes punteros tendrían partidos europeos, con el mayor interés y arrastre mediático que eso supone. Todo eso está encima de la mesa y la solución no será del agrado de todos. Lo único claro es el interés absoluto por la Champions.
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