AS (Catalunya)

Calvario en Moscú

El Madrid cae sin paliativos ante el Khimki 48 horas después de perder con el CSKA ● Exhibición de Shved

- RICARDO GONZÁLEZ

Sin Rudy ni Randolph, pilares de las últimas jornadas, y con Llull y Reyes de vuelta pero sin ritmo tras muchas semanas fuera, el Madrid fue zarandeado por el Khimki. Tampoco Deck ha regresado con pujanza y menos aún Mejri. Una falta de energía, de conexiones colectivas, de acierto y de determinac­ión que contrastab­an con un rival ansioso por demostrar que su plantilla es de aúpa pese a enlazar cuatro derrotas.

El camino lo desbrozó Alexey Shved, máximo anotador de la Euroliga. Su exhibición fue la mayor del curso por números y la mejor por aportación al grupo. Shved sonreía antes del salto inicial, como le pedía Ricky Rubio en la NBA, y el base-escolta ruso enseñó a sus compañeros la senda que debían coger. Al descanso apilaba 14 puntos con 4 triples sin fallo y 9 asistencia­s para 24 de valoración. Acabó con 21 tantos (5 de 7 de tres) y 13 pases de canasta.

“Hay que bajar sus registros”, había pedido Laso en la previa. No lo lograron y la tarde se torció. Vimos el potencial de un equipo que lanzó de dos con un 67% de acierto, anotó 15 triples de 27, dominó el rebote y repartió hasta 29 asistencia­s para 121 de valoración. Y lo hizo frente al que era al principio de semana el colíder de la Euroliga. Los cuatro días en Moscú han sido un calvario para el Madrid.

La cancha del Khimki no estaba maldita para los blancos como la del CSKA, pero lo pareció. Si el martes la defensa del campeón asfixió al Real (la falta de movilidad y el abuso del bote no ayudaron), esta vez el ataque lo desbordó.

Campazzo no era el de las grandes noches. Aún ve el Mundial por el retrovisor mientras los minutos castigan sus piernas. No hay nadie ahora en el equipo que asuma sus galones en la generación de juego y se nota. Tavares tampoco resultó un factor clave. Laso trató de dar un volantazo en la reanudació­n juntando a los tres interiores (Thompkins, Mickey y Tavares). El motivo, la falta de respuesta exterior, donde solo Causeur daba la talla. Ni Laprovitto­la ni Carroll ni Llull cambiaron dinámicas. Quizá el escolta francés debió jugar más.

El duelo se quebró en el segundo cuarto. Al acierto de Shved y Timma se unieron Jovic, Karasev, Gill... El tramo final sirvió para que Mickey y el Madrid maquillara­n la contundenc­ia de la derrota, del 93-69 tras cinco minutos sin ver aro, al 102-94. Segundo traspié en 48 horas después de más de dos meses y 13 partidos sin perder. Ante el CSKA se quedó en 55 puntos (la cifra más baja en 10 años) y del Khimki recibió 102 (la más alta de la temporada). Momento bajo en una Euroliga que lo castiga todo.

Maquillaje Mickey ayudó en los últimos minutos a edulcorar el 93-69

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Alexey Shved, máximo anotador de la Euroliga, encara el aro para realizar un mate ante la defensa de Jordan Mickey y de Jeff Taylor.

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