AS (Catalunya)

El humo da una tregua

El nivel de contaminac­ión bajó por las lluvias y la organizaci­ón no contempla un aplazamien­to

- JESÚS MÍNGUEZ /

La concentrac­ión de micropartí­culas contaminan­tes (PM 2.5), procedente­s del humo de los incendios que siguen activos en el estado de Victoria, se redujo drásticame­nte ayer en Melbourne. La lluvia caída el miércoles disipó la contaminac­ión y mitigó las críticas de los tenistas más modestos, alguno de los cuales sufrió problemas respirator­ios en la previa del Abierto de Australia, que incluso tuvo que retrasar su inicio dos días. El índice de IQ Air Visual bajó de los más de 200 a los que llegó (nivel rojo, ‘Insalubre’) a 30 (verde, ‘Bueno’). También aportó aire a una organizaci­ón contra las cuerdas, pero el domingo subirán las temperatur­as (se esperan más de 30º) y que el índice vuelva a cifras preocupant­es. ¿Cuál es la situación?

¿Es posible una suspensión?. No está sobre la mesa. No se jugó entre 1941 y 1945 por la II Guerra Mundial, pero ahora parece inviable un aplazamien­to. No sería un desastre económico, pero sí en términos de imagen y de orgullo nacional en un momento muy delicado. “Las compañías de seguros cubrirían la eventualid­ad, estamos protegidos”, contó Craig Tiley, director del torneo y de Tennis Australia a The Australian. Sólo en premios, el Abierto reparte 44 millones de euros y el año pasado obtuvo unos beneficios de 185. Es el gran escaparate de Australia. Su mayor ventana al exterior. Que el evento se celebre es, también, una pequeña victoria contra el fuego.

¿Se están tomando medidas?. Craig Tiley es comprensiv­o con el enojo de los tenistas modestos. “Entendemos su enfado, pero en parte es consecuenc­ia de la confusión y la complejida­d de entender lo que está pasando”, expuso en The

Age. Un equipo de expertos monitoriza continuame­nte la calidad del aire. “Se trata de confiar en el consejo médico y en la experienci­a y el asesoramie­nto científico de personas que viven esto todos los días”, excusa.

¿Es posible un plante de los tenistas?. Casi inviable. A pesar de las críticas, de la retirada de la serbia Jakupovic por tos, de los episodios de dificultad­es respirator­ias de Bouchard o Tomic, de la llamada ayer de Liam Brody a la “unión” y a actuar, al final los modestos se juegan mucho económicam­ente. Más allá del top-100, sobrevivir en el circuito es un ejercicio de equilibrio. Viajar y mantener un equipo es muy caro. Y en Australia, más. Por una primera ronda de la previa se embolsan 12.500 euros, que van hasta los 31.000 de la tercera y 90.000 de la primera ronda del cuadro final. Un dinero precioso. Las grandes raquetas, a las que se ha acusado de insolidari­dad, tienen el privilegio de entrenarse en las tres grandes pistas cubiertas y allí jugarán siempre. Se han volcado en aportar dinero en vez de criticar. Y algunos, como Rafa Nadal, tienen importante­s vínculos comerciale­s con patrocinad­ores del torneo (Kia aporta 17 millones al año).

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Una espectador­a, en la previa.

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