Empieza a tambalearse el castillo de naipes de Martí
No rinde a domicilio y es incapaz de remontar un partido
El Girona se está acostumbrando a ofrecer, de manera muy peligrosa, una de cal y otra de arena. El conjunto de Martí no encuentra la regularidad deseada ni la que necesita un equipo que aspira a ascender de categoría y los nervios vuelven a instalarse en Montilivi. Los números del técnico (suma 17 puntos de 33 posibles) no mejoran en exceso a los que llegó a ofrecer Unzué (16 de 36) y el castillo de naipes empieza a tambalearse. Encadenar alegrías se antoja complicado y es que jugar a domicilio es un auténtico suplicio para los gerundenses. Ello les está lastrando y el ascenso directo está ya a 11 puntos de distancia y el objetivo en el club ha cambiado: quieren alcanzar el playoff, que ahora está a dos puntos.
En Tenerife, el Girona volvió a mostrarse débil, sin pegada y cometió errores que le acabaron condenando. El conjunto tinerfeño se adelantó en los primeros minutos y la remontada fue algo inalcanzable. Y lo doloroso es que un equipo con tantos argumentos ofensivos como el rojiblanco, no solo cuenta con el pichichi de la categoría, Cristhian Stuani, si no que llegaron a estar sobre el terreno de juego futbolistas como Jonathan Soriano, Brandon, Borja García y Gallar, fuera incapaz de asediar al meta rival. Además, remontar este curso es algo que parece imposible porque en los
Objetivo El ascenso directo es casi misión imposible: está a 11 puntos
12 encuentros en los que han empezado perdiendo, han caído en diez y solo han logrado igualar dos (ante Sporting y Ponferradina). “Cuando nos hacen un gol parece que nos cuesta levantarnos e igualar los partidos. Contra el Tenerife lo probamos, pero en los metros finales no estuvimos acertados”, constató un Gerard Gumbau que insta a no mirar atrás porque “la categoría es muy difícil y larga. Debemos seguir trabajando. No estamos pasando por una buena dinámica, pero esperamos revertir esta situación cuando antes”.
Pero el Girona acumula demasiadas asignaturas pendientes esta temporada y algo que no se puede permitir un grupo que pretende regresar a Primera son la gran cantidad de derrotas (ya van diez, solo Albacete y Tenerife, 11, y Extremadura, 12, llevan más) y los malos números a domicilio. Lejos de Montilivi han cosechado ocho puntos en 12 encuentros (únicamente el colista, el Racing, ha sumado menos fuera) y es que los errores se multiplican cada jornada. La afición empieza a desesperarse.