Hazard, el Garrincha del siglo XXI

En un Madrid que acumula buenas noticias desde que arrancó 2020, ganando la Supercopa en Arabia y aupándose al liderato en solitario tras derrotar, entre otros, a rivales directos como Sevilla y Atleti, sólo faltaba el regreso a escena de Hazard para que la Felizidane sea completa. El belga es un jugador diferencial y justó cayó lesionado (Meunier le dio una patada alevosa y fea) cuando ya asomaba en todo su esplendor ese regate diabólico que metió a 50.000 almas en el Bernabéu el día de su presentación.

El belga es ese tipo de jugador que en partidos que se atascan, como los de Valladolid y el derbi del pasado sábado, irrumpen para quitar el tapón de la bañera con una acción individual que desarma todo el sistema defensivo del enemigo. Hazard es un Garrincha del siglo XXI. Cuando se cose el balón a la bota empieza a eludir rivales con la facilidad con la que esquivaba nuestra Blanquita Fernández Ochoa las puertas en el eslalon de Albertville (1992), en el que ganó un histórico bronce olímpico para España.

Zidane sabe que con Hazard en el campo el equipo será más vigoroso arriba y tendrá más capacidad de sorpresa. El belga no especula con el balón. Encara, analiza la fisura de la zaga enemiga y le gusta improvisar una asistencia o un remate certero a puerta. Es su asignatura pendiente. En los casi mil minutos que ha jugado de blanco sólo ha facturado un gol, con una ‘cuchara’ ante el Granada. Fue precioso, pero al 7 hay que exigirle más. Se le ve más delgado y esta semana empezará a dar los primeros pasos para justificar los 100 millones que costó. Para mí, Eden los vale.