Fallece Jones, otra leyenda
El histórico ariete de los 60 muere en Bilbao a los 81 años ● Ganó cinco títulos con el Atlético
La tragedia sigue azotando al Atlético que, tres días después de perder a Radomir Antic, está de nuevo de luto y llora a otra de sus leyendas: Miguel Jones, que falleció ayer en Bilbao a los 81 años después de una larga enfermedad complicada por una neumonía. Nacido en Santa Isabel (Guinea Ecuatorial), en 1938, con cinco años emigró con su familia a Bilbao, donde creció. El patio del colegio fue su primera cantera de fútbol. Después lo cambiaría por los campos de tierra del equipo universitario de Económicas. Su carrera estaría por siempre ligada a la del entrenador Fernando Daucik. Gracias a él llegó en 1957 al Barakaldo y dos años después, con el técnico checoslovaco en su banquillo, al Atlético por 400.000 pesetas, lo que hoy serían 2.400 euros. Entre medias, para Jones estuvo el Indautxu. Probó y llegó a jugar con el Athletic que finalmente le rechazó por no entrar en su política de fichajes (“porque no era vizcaíno, punto, lo de que si era negro es una chorrada”, afirmaría al respecto en numerosas entrevistas). El triunfo a él le llegaría con otros colores rojiblancos. Jugó ocho temporadas en el Atlético (1959-67), marcó 50 goles y ganó cinco títulos: LaLiga 1965-66, tres Copas (1960, 1961 y 1965) y la Recopa de 1962 ante la Fiorentina.
Su físico poderoso y su carácter pronto le convirtieron en un ídolo para la afición rojiblanca. Sus galopadas por la banda, su condición de ariete goleador. Su polivalencia (“Me adaptaba a muchos puestos, ¡sólo me faltó jugar de lateral!”, solía bromear siempre) y trabajo en 129 partidos con la rojiblanca, en el viejo Metropolitano y el nuevo estadio del Manzanares (luego Vicente Calderón).
“En la memoria colectiva de todos los atléticos quedará su gol en la Recopa del 62 ante la Fiorentina (3-0). Jones anotó el primer tanto del partido, y el doblete en el último partido liguero disputado en el Stadium Metropolitano el 27 de marzo de 1966. Aquel día, nuestro equipo se aupó a lo más alto de la clasificación, situación fundamental para conquistar el título”, recordaba el club rojiblanco en un comunicado.
Retirado en 1968 tras pasar por Osasuna, regresó a Bilbao, al Indautxu, donde fue directivo quince años. Considerado “un bilbaíno más”, así lo destacaba el Athletic en un tuit ayer expresando su pésame, fue siempre un gran amigo de Luis Aragonés. DEP.
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