AS (Catalunya)

José Manuel Calderón “La sede burbuja es la opción más segura”

- JUANMA RUBIO

En su primera temporada en los despachos del sindicato de jugadores de la NBA, José Manuel Calderón está viviendo en primera línea de fuego la crisis del coronaviru­s. Asegura a AS que hay optimismo y que todos quieren que se juegue, pero que hay que seguir siendo cautos.

José Manuel Calderón anunció en noviembre su retirada después de una carrera extraordin­aria. Desde entonces, es asistente especial de Michele Roberts, directora ejecutiva de la NBPA, el sindicato de jugadores de la NBA. Un lugar de privilegio para analizar la actualidad de una Liga que trata de salvar la temporada.

—Hay más optimismo que hace unas semanas en que se pueda jugar. —Sí, hay optimismo. Diez franquicia­s han abierto ya sus instalacio­nes y la semana que viene lo habrán hecho 22 de las 30. Está claro que eso es un paso adelante. El mundo se está abriendo, no solo el deporte. Ahora nosotros vamos a poder ver qué pasa en Alemania, en China, en España con la Liga... tenemos que ver cómo van yendo esas reapertura­s. —Los jugadores, y las grandes estrellas, se han unido para dejarlo claro, quieren que se retome la competició­n.

—Sí, pero igual que los propietari­os y que la propia NBA. Pero ahora hay que analizar bien, sobre todo, los riesgos que puede haber a nivel sanitario. De ahí se podrá pasar a los temas económicos y las cuestiones sobre la competició­n, pero lo primero es lo primero. Hagamos lo que hagamos, sabemos que hasta que no haya vacuna no va a haber riesgo cero. El tema es estar coordinado­s con las autoridade­s en cuanto a protocolos, sobre qué se

Optimismo “Queremos ver lo que pasa en Alemania, en España con la Liga...”

puede hacer y qué no, qué pasa si hay un positivo... Hay optimismo pero hay que ir paso a paso. Ahora se ve, por ejemplo, que cancelar hace un mes habría sido precipitad­o. —Todo el mundo entiende, parece claro, que esta es una crisis excepciona­l, no un conflicto corriente entre franquicia­s y jugadores. Y por eso todas las partes reman, al menos por ahora, en la misma dirección. —Totalmente, es un caso muy especial. Por eso creo que se haga lo que se haga, todo el mundo lo va a entender. Si se van tomando las medidas que hay que tomar, no va a haber problemas. La comunicaci­ón es constante. El otro día el comisionad­o Adam Silver habló con los jugadores, les explicó todo, ellos pudieron preguntarl­e lo que quisieron... Pase lo que pase, se va a tener en cuenta a todo el mundo. La NBA y la NBPA no estamos peleados, remamos juntos. —Si se juega, todo apunta a que se hará en una sede burbuja. Pero Michele Roberts fue muy crítica con la idea y llegó a asegurar que le recordaba a un sistema carcelario.

—Yo creo que no hablaba tanto por el formato sino por otras informacio­nes que han ido saliendo. La cuestión es cómo se va a controlar la seguridad, pero sabemos que lo que más lógica y opciones tiene es esa fórmula. Si tú tienes que viajar hay más riesgo. Si todos estamos en el mismo lugar, el riesgo no va a ser cero pero va a disminuir. —Es que hay entrenador­es de más de 60 años, familiares que pueden pertenecer a grupos de riesgo...

—Es complicado, por supuesto. No hay duda de que, a día de hoy, como menos riesgo hay es no teniendo que viajar. Pero riesgo cero no va a haber.

Estamos mirando con los médicos y los expertos, son ellos los que irán diciendo qué se puede hacer y qué no, si habrá que hacer test, cuántos y de qué tipo... Lo bueno de la NBA, como en Europa la ACB o la Euroliga, es que tenemos la opción de rebajar mucho el porcentaje de riesgo jugando en una sola sede. Eso es lo que nos ocupa ahora, igual dentro de un mes tenemos una vacuna y podemos hacer viajes, pero hay que tener pensada la opción de la burbuja. No es fácil meter a 1.000 o 1.500 personas en el mismo sitio. Igual las instalacio­nes de entrenamie­nto de las franquicia­s acaban siendo una opción, ya que no va a haber público. Se trata de controlar los entornos,

Seguridad “Se haga lo que se haga, sabemos que no va a existir el riesgo cero”

El Barça y Malcolm Delaney (1,91 m y 31 años) llegaron ayer a un acuerdo para la finalizaci­ón del contrato del americano, que expiraba el 30 de junio, y seguía en EE UU cuando sus compañeros ya habían iniciado los entrenamie­ntos en Barcelona. A partir de hoy, además, todos los vuelos que aterricen en España desde el extranjero deberán someter a los pasajeros a una cuarentena de catorce días, lo que hacía aún más difícil su reincorpor­ación.

El base llegó en septiembre para cubrir la baja de Heurtel y en la Euroliga ha promediado 10,2 puntos y 4,6 asistencia­s. Con el estado de alarma se marchó a EE UU con su familia, a Baltimore, su ciudad natal, pero ahora estaba en Atlanta. El club quería que volviera, pero el jugador no veía cercano que se reanudara la ACB y la Euroliga. La cuarentena complicaba las cosas y Pesic ha decidido, quizá cansado de sus declaracio­nes y del agravio comparativ­o con el resto de la plantilla, que no siga. Ahora, y si la competició­n vuelve, la dirección del Barça estará en manos de Heurtel, ya recuperado, de Pangos, inédito este curso, y de la posible ayuda de Pau Ribas en ese puesto y del joven Bolmaro.

Delaney, que puede acabar en Milán, dio su punto de vista de la ruptura con el Barça en las redes sociales y en Eurohoops: “Quería seguir, pero nunca tuve oferta. Para jugar solo un año me hubiera ido a China. Lo que determinó la rescisión es que no me sentía cómodo. Pese a que Heurtel y Pangos estaban lesionados, solo fui titular en 12 partidos. No he hablado con Pesic desde marzo, con nadie del club, solo con el preparador físico y el médico. Sin el parón, habríamos ganado ACB y Euroliga”.

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José Manuel Calderón, en la sede de la NBPA en Manhattan.
 ??  ?? El base Malcolm Delaney, en un partido del Barça en el Palau Blaugrana.
El base Malcolm Delaney, en un partido del Barça en el Palau Blaugrana.

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