Adiós a un clásico
Muere Jerry Sloan, un mito de la NBA que dirigió a Utah Jazz durante 23 años, entre 1988 y 2011
Hace poco más de cuatro años, en abril de 2016, Jerry Sloan confesó que sufría Parkinson y un tipo de demencia “de diagnóstico complicado”; la DCL, demencia con cuerpos de Lewy: “No me gusta ser el centro de atención, pero siento que tengo que contarle a la gente lo que me pasa”. Tammy, su segunda mujer, asumía que los males de su marido no iban a mejorar y reconocía con una ternura triste que el mejor momento del día era cuando ponían partidos de la NBA en televisión: “Entonces se pone a verlos y se acuerda de todo lo relacionado con el baloncesto”. Ayer, Jerry Sloan murió en Salt Lake City a los 78 años y por complicaciones de esas enfermedades que padecía y que lo habían apartado de la vida pública.
Se va el fiero entrenador que todo el mundo ha vuelto a recordar en The Last Dance, el documental sobre Michael Jordan que se cierra con las dos finales (1997, 1998) ganadas contra Utah Jazz, el granítico equipo de John Stockton, Karl Malone... y Sloan, que lo dirigió de 1988 a 2011. Un tramo de 23 años en el que llevó a la franquicia a playoffs 16 veces seguidas, acumuló diez temporadas con al menos 50 victorias y se convirtió en uno de los cuatro únicos técnicos que ha enlazado al menos quince campañas seguidas con balance ganador. También es el único junto a Gregg Popovich que ha ganado 1.000 partidos con la misma franquicia y es el cuarto con más victorias totales (1.221 entre Bulls y Jazz) en fase regular.
Utah Jazz, la franquicia que personalizó aunque ni fue
Histórico Es el cuarto técnico con más victorias en la fase regular de la NBA (1.221)
campeón ni lo eligieron nunca Entrenador del Año, retiró la camiseta con el número 1.223 por la cifra de triunfos que Sloan acumuló allí entre fase regular y playoffs. Con él se va un pedazo de la historia de la NBA, una Liga a la que llegó en 1965 desde el número 4 del draft. Durante una década fue un escolta duro de roer en defensa para unos Bulls que retiraron el número 4 en su honor. Las lesiones de rodilla acabaron con su carrera de jugador (fue dos veces all star) y abrieron la puerta a la leyenda de un entrenador inolvidable que ganó mucho, pero al que nunca dejó de importarle que esas victorias llegaran de la forma correcta. Que su equipo jugara como se tenía que jugar al baloncesto. Su baloncesto.