“No podemos asegurar los Juegos aunque haya vacuna”
El presidente de la Comisión de Coordinación del COI, preocupado por 2021
Aun año y dos meses de los Juegos de Tokio, aplazados al verano de 2021, el optimismo no circula por los pasillos de la sede del Comité Olímpico Internacional en Lausana (Suiza). Si primero fue Thomas Bach, su presidente, quien advirtió a la BBC que esa fecha sería la última opción para celebrarlos, después ha sido John Coates, presidente de la Comisión de Coordinación de los Juegos, el que admitió “problemas reales” para llevarlos a buen término. Es decir, dejó caer que la posibilidad de que no se puedan disputar está encima de la mesa si la pandemia no remite a nivel global. Los contagios alrededor del mundo han llegado a los 5,1 millones y las muertes pasan de las 333.000. El problema no es tanto Japón, donde hay unos 16.400 casos, sino la expansión por todo el mundo.
“Tenemos problemas reales porque habrá deportistas procedentes de 206 países diferentes”, expresó Coates, miembro del Comité Olímpico Internacional y vicepresidente hasta 2017. El australiano participó en una mesa redonda de ejecutivos deportivos para News Corp y desarrolló su argumento: “Por ejemplo, ayer hubo 10.000 casos nuevos en Brasil. En Tokio coincidirán 11.000 atletas, con 5.000 oficiales técnicos y entrenadores, 20.000 periodistas, 4.000 personas del comité organizador y 60.000 voluntarios... Demasiada gente”.
Ante la posibilidad de retrasar la competición, prevista del 23 de julio al 8 de agosto, Coates se mostró pesimista. “Los Juegos sólo pueden tener lugar en 2021. No se pueden posponer otra vez y debemos asumir que no habrá vacuna o que, si la hay, no será suficiente para que pueda ser compartida por todo el mundo”, reconoció el directivo del COI, que estableció el mes de octubre como nueva fecha clave para evaluar la situación. Las previsiones más optimistas apuntan a no antes de final de año para disponer de una vacuna experimental, pero en ningún caso estaría disponible en todos los países del mundo.
Sin público. Y la idea de unos Juegos sin público no convence ni al COI ni a Japón. “¿Deberíamos confinar a los participantes en la Villa? ¿Algunos de los deportistas deberían pasar periodos de cuarentena previos? ¿Limitamos el número de espectadores?”, se fue lanzando preguntas, sin darse respuesta, Coates.
El mandatario del COI también dirige el Comité Olímpico de Australia, que fue uno de los primeros países en pedir el aplazamiento. Y en su intervención expresó su arrepentimiento por haber aguantado tanto, hasta el 24 de marzo, para tomar la decisión.