Valdepeñas Gran Reserva
El club manchego, finalista de Liga, es la gran sensación del año en el fútbol sala
El Viña Albali Valdepeñas, un modesto equipo que cumple su segunda temporada en Primera, ha desatado la locura en esta localidad manchega de 30.000 habitantes. Mañana, ante el Movistar, jugará la final de Liga en el playoff exprés de Málaga, el mismo escenario en el que en marzo hacía historia accediendo a la final copera. Tal es la euforia, que el presidente, Luis Palencia, pidió calma en las redes anticipándose a la explosión de júbilo que podría provocar el título. “Que esto sea un motivo de alegría, pero hay que tener cabeza después de todo lo que hemos pasado estos meses”, explica a AS.
“Antes de viajar ya se notaba la ilusión, te paraban por la calle… Si no fuera a puerta cerrada, nuestra afición llenaría el pabellón ella sola”, comenta Edu Sousa, meta portugués y uno de los referentes de esta plantilla confeccionada por un histórico como Joan Linares en la dirección deportiva. La receta, talento nacional (incluidos jugadores de la tierra como el albaceteño Chino, el puertollanense Nano, el valdepeñero Coro)… y extranjeros de calidad (Cainan, Rafael, Edu...). En el banquillo, David Ramos, experimentado técnico capaz de tener al equipo a punto para este playoff, a pesar de ser de los últimos en volver a entrenar por las fases de la desescalada.
Todo, con un presupuesto que estaría en la mitad baja de la tabla ya que con 800.000 euros no sólo se financia el primer equipo, sino también a los 300 jóvenes que se forman en el filial, juvenil, escuelas, femenino e incluso un equipo de discapacitados. Su principal patrocinador son las bodegas Viña Albali
Ambición “¿Jugar la Champions? No nos asustan los retos”, dice el presidente