AS (Catalunya)

Aquel 4-0 al Barça en la final de Copa

El Madrid se tomó la revancha del 0-5 del Bernabéu aprovechan­do la ausencia de Cruyff

- POR TOMÁS RONCERO

El 29 de junio de 1974 está escrito con letras de oro en la eterna rivalidad de los Madrid-Barça. Ambos equipos se enfrentaro­n en la final de Copa. Un partido muy condiciona­do por lo sucedido esa temporada, cuatro meses antes, en el Clásico de Liga jugado en el Bernabéu, con aquel 0-5 (17 de febrero) que pasó a la historia negra del madridismo en la noche más excelsa de Johan Cruyff.

El holandés había sido el verano anterior el fichaje más caro de siempre, al pagar el Barça al Ajax más de 100 millones de pesetas de la época. Pero ya se sabe que la Federación tenía prohibida la utilizació­n de jugadores foráneos en la Copa, lo que obligó tanto a Luis Molowny como a Rinus Michels a alinear sólo jugadores nacionales. Eso dejó al Madrid sin su alemán estrella, Netzer, ni el argentino Oscar ‘Pinino’ Mas. El Barça acusó más la ausencia de Cruyff, así como la del peruano Hugo Cholo Sotil. El Madrid alineó de entrada a Miguel Ángel; José Luis Peinado, Pirri, Benito, Rubiñán; Del Bosque, Grosso, Velázquez; Aguilar, Santillana y Macanás. El Barça salió por su parte con Sadurní; Rifé, Gallego, Juan Carlos, De la Cruz; Costas, Juanito, Asensi, Marcial; Rexach y Clares.

El Madrid, herido en su orgullo por la manita del Bernabéu y con Pirri, Benito y Grosso liderando el espíritu de revancha de los blancos, empezó en tromba sobre el portal azulgrana, alentado por los 50.000 madridista­s que había en el Manzanares aquella tarde de verano. A los seis minutos una gran internada por la banda derecha de

Ico Aguilar permitió a Santillana abrir el marcador con un remate de anticipaci­ón en el minuto 6. El Barça reaccionó, pero Miguel Ángel estuvo excelso, algo habitual en el portero orensano. Tras el descanso, el equipo de Luis Molowny acabó con las conjeturas con dos goles rápidos. Uno de Rubiñán tras aprovechar una rechace de Sadurní, y otro de Aguilar en una penetració­n explosiva por su banda que concluyó con una genial picadita a Sadurní. Enorme el cántabro.

El broche de la goleada lo puso Pirri cerca del final tras asistencia de Grosso. Precisamen­te este se fue al banquillo a cinco minutos del final, en gran gesto de Molowny al decidir que saliese el veterano Ignacio Zoco a recoger la Copa. Grosso le dio a Zoco su brazalete de capitán. El navarro, que ya se retiraba del fútbol y creía que no iba a jugar más en el Madrid, se emocionó con el gesto compartido por todo el vestuario. Fue un detallazo en un Clásico de reivindica­ción madridista tras esa manita que cerró parte de su herida sangrante en esa noche de goles, calor y revancha.

Ignacio Zoco En un detallazo del vestuario, salió al final para ser el que levantase la Copa

 ??  ?? Zoco levanta la Copa de campeones tras el 4-0 al Barça (29-6-1974).
Zoco levanta la Copa de campeones tras el 4-0 al Barça (29-6-1974).

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