McLaren anuncia mejoras en el coche para todas las carreras desde Austria Ferrari y Vettel admiten que llegan con precaución tras ver cómo fueron los test
Nos hemos habituado a referirnos a la nueva normalidad. En realidad, creo que todos tenemos la sensación de una absoluta extrañeza. El coronavirus ha cambiado nuestras vidas, quién sabe durante cuánto tiempo, y es así como arranca un Mundial de F1 que indudablemente va a resultar muy especial. Los efectos de la pandemia en el calendario de carreras son ya evidentes, a partir de ahora descubriremos el resto de las consecuencias de una situación inédita en la historia de este deporte, tanto como en la reciente de la humanidad. Al menos es una noticia esperanzadora que los motores vuelvan a ponerse en marcha, hace apenas unas semanas resultaba complicado vislumbrar siquiera este horizonte de vuelta a la actividad en los circuitos.
Serán grandes premios extraños, sin público en las gradas y con muchas limitaciones a las que no están habituadas las poderosas escuderías. Una incertidumbre que añade interés porque en lo deportivo tampoco aparece un escenario de grandes cambios: Mercedes sigue figurando como el equipo favorito. Será interesante el devenir de los acontecimientos en las primeras citas, comprobar la forma en que pilotos y equipos digieren tanta novedad, las carreras encadenadas en los mismos circuitos, la gestión de posibles crisis sanitarias en sus estructuras, la motivación de cada protagonista tras un largo paréntesis…