La casta del Racing frena a un Huesca desconocido
Los oscenses pueden perder hoy la segunda plaza
EI fútbol es muchas veces caprichoso y de vez en cuando pasan cosas sorprendentes, pero lo cierto es que en las últimas jornadas casi siempre ganan los que más lo necesitan. Eso está empíricamente demostrado, pero, claro, conviene que el que necesita el triunfo ponga algo de su parte y eso no lo hizo el Huesca en El Sardinero. Fue un equipo abúlico, tristón, sin chispa y sin cambio de ritmo. Como diría el clásico, pareció creer que ganaría sin bajarse del autobús. Y no, no ganó. Ni lo mereció. Incluso dio la sensación de que tampoco lo intentó con la fiereza que se supone a un equipo que podría haber dado un salto de gigante hacia Primera de haber ganado en Santander.
El Racing, por contra, fue un equipo digno, con casta, en el estilo de la mayoría de los partidos que ha disputado este año, pero sin esos errores no forzados que, domingo a domingo, le han arruinado la temporada. La primera diferencia entre ambos equipos estuvo en lo claro que tuvo el Racing el partido, metiendo tres jugadores por dentro para ahogar la sala de máquinas azulgrana y dos velocistas por fuera, Nico Hidalgo y Nando, que encontraron bastantes espacios. El Huesca, en cambio, con jugadores fuera de sitio, parecía esperar un toque de calidad que marcara diferencias. No lo encontró. El rival no le regaló nada y fue incapaz, a pesar de meter todo su arsenal ofensivo, de generar nada.
Regresa fresco al once para darle mordiente, carácter y gol al Deportivo.
Baja ante el Cádiz por sanción, su regreso dará más estabilidad a la media.