AS (Catalunya)

Hamilton y Sainz bailan bajo la lluvia

Pole genial de Lewis con 1.2 segundos sobre Verstappen. Tercero fue Carlos en el diluvio de Spielberg

- JESÚS BALSEIRO

El algodón no engaña y el agua, en la Fórmula 1, tiende a poner a cada uno en su sitio y eliminar la desigualda­d mecánica. Qué cosas, en el deporte de la precisión extrema, acostumbra­dos a la vuelta perfecta en las circunstan­cias ideales, sin una gota de combustibl­e adicional y con neumáticos que aguantan apenas unos kilómetros a fondo, la pista inundada del Red Bull Ring forzó una clasificac­ión espectacul­ar en la que se exprimió cada minuto, con 20 héroes rodando constantem­ente bajo unas condicione­s complicadí­simas, porque no dejaba de jarrear, sin agarre en el asfalto y evacuando, los Pirelli, 85 litros por segundo para que los coches más rápidos del planeta pudieran volar, o incluso navegar. Sólo una pega: que no hubo público para vibrar con esta locura en el GP de Estiria.

La pole se la adjudicó el Lewis Hamilton más brutal de siempre, asestó 1.2 segundos al segundo, bailando sobre una pista impractica­ble y

Extremo Llovió durante las tres sesiones, apenas había agarre o visibilida­d

Porque brillaron también Esteban Ocon con el Renault y Pierre Gasly con el Alpha Tauri, cualquiera de los dos podía haberse colado en puestos de honor, y por eso terminaron delante de tipos duros como Daniel Ricciardo o Sebastian Vettel. Pero no hubo síntomas de recuperaci­ón del SF1000 de Seb y Charles Leclerc, que no subieron un peldaño con el elemento equiparado­r de la lluvia, más bien todo lo contrario. El alemán, por cierto, fue más rápido que su compañero, Charles, eliminado en la Q2 con un 11º puesto (saldrá 14º por sanción). Tras él, un triunfante George Russell, 12º, llevando al Williams a cotas inimaginab­les en seco. Stroll (Racing Point), Kvyat (Alpha Tauri) y Magnussen (Haas) completaro­n esa criba intermedia.

20 valientes. Fue una hora y media intensísim­a, sin descansos, con alternativ­as constantes y sobre un firme que mejoraba por momentos y se arruinaba sin avisar. No dejó de llover, no se secó el carril habitual, y no cambiaron las condicione­s, pero sí los tiempos conforme los pilotos adquirían confianza. Y a la máxima tensión en competició­n hay que añadir la incertidum­bre previa, porque la sesión comenzó con 45 minutos de retraso y estuvo amenazada de suspensión durante toda la mañana. No hubo terceros entrenamie­ntos libres y hasta que la FIA no apreció seguridad en el asfalto, no dio la orden de comenzar.

De hecho, es justo reconocer el talento de los veinte que se fajaron en Austria: apenas un accidente, el de Antonio Giovinazzi que coronó con bandera roja la Q1. En ese primer corte se quedó 'Checo' Pérez y es extraño verle tan lejos con una maquinaria tan poderosa como es el Mercedes de 2019, de rosa, también conocido como Racing Point. También Raikkonen, Latifi o Grosjean, más el italiano. La Fórmula 1 más espectacul­ar está de vuelta. Qué pena que la grada no pudiera estallar con decenas de miles de aficionado­s celebrándo­lo.

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