El milagro vive en Butarque
El Lega vence al Valencia con un gol de penalti tras jugar 43 minutos con uno menos ● Cuéllar le detuvo otro a Parejo
Paró un penalti que fue determinante y frenó al Valencia.
Se lesionó en un lance de mala suerte tras sacar un córner.
El capitán lideró la medular y marcó siete años después.
Se fue a la calle por una entrada por detrás a Ferran tras revisión.
EI Leganés resolvió la batalla de su vida venciendo al Valencia en un duelo que supone un torrente de luz allá donde antes sólo había profunda oscuridad. Los pepineros se quedan a tres puntos de la salvación gracias a un gol de penalti de Rubén Pérez en una tarde en la que el héroe fue Cuéllar. El portero paró en el 60’ un penalti a Parejo cuando ya jugaban con uno menos por una roja revisada en el VAR. También la pena máxima se señaló previa ojeada a la pantalla. Europa se antoja ya objetivo complejo para un Valencia que, hasta ahora, jamás había caído ante el Lega.
Butarque es tierra de milagros. Asuntos paranormales sacuden los cimientos de un recinto que este curso estaba llamado a ser escenario de tortura infinita y que, ante el Valencia, se vistió de fe. Ya tocaba, aunque no parecía la tarde. Primero, porque Aguirre repitió un equipo de blindaje largo y resultado corto. Para vivir a la desesperada sonaba amarrategui, pero en la tierra de las paradojas, sucedió lo inverso. Comenzaron los pájaros disparando a las escopetas, aunque el primer cañonazo le salió del alma a Guedes, autor de un remate de 30 metros que se estrelló en el larguero como aviso mesiánico apenas arrancado el duelo. No entró. Eso, este curso, es anomalía.
Imbuido por la excepción y por los alaridos de Bustinza (en la grada fue clave), el Leganés se vino arriba y encontró premio en un riguroso penalti por manos de Kondogbia. Rubén Pérez, que no marcaba desde hace 2.625 días, lo ejecutó para hacer creer a los suyos frente a un Valencia vaporoso que sólo se hizo carne con la entrada de Ferran tras el descanso. El chaval la lió en el 52’ forzando la roja a Silva (previa revisión VAR) poco después de que a Maxi le anularan el empate por fuera de juego (46’). El aparatito volvió a intervenir en el 59’ para pitarle un penalti a Tarín que Cuéllar le paró a Parejo. Seguían los milagros a lomos de una tortura eterna en un maridaje de acercamientos y lesiones (Siovas) que terminaron en un inusitado final feliz. La esperanza vuelve a Butarque. Y no parecía la tarde.
Esperanza El Leganés se queda a tres puntos de la salvación