AS (Catalunya)

Zidane noche aciaga

Apostó por un Hazard que no estaba para ser titular ● Vinicius, el jugador con más desborde, no jugó un solo minuto ● Varane fue el futbolista que más pases dio del Madrid (72)

- MARCO RUIZ

La de Mánchester fue una noche aciaga para el Madrid. Si todo era euforia cuando se levantó la Liga a mediados de julio, ahora, en agosto, la entidad se mueve en un mar de dudas para el proyecto de futuro. Incluso el mismo Zidane tuvo que ser preguntado en cuatro ocasiones para que confirmara, con la boca pequeña, que seguiría en el banquillo del Madrid la temporada que viene. Vuelve el runrún de que la plantilla, con gente importante como Ramos, Marcelo, Kroos, Modric o Benzema por encima de los 30 años, necesita una renovación. Los dos fallos de Varane, desde luego, anulaban cualquier posibilida­d de éxito del plan de Zidane en el Etihad, pero sus decisiones, a la postre controvert­idas, tampoco ayudaron mucho al éxito del técnico que ha pasado a la historia del Madrid por rescatarlo dos veces y ganar tres Champions y dos Ligas en cuatro temporadas.

Hazard.

A posteriori se demostró que no era una buena idea hacerle titular. Su aportación fue un disparo raso pegado al poste y una combinació­n con Benzema que terminó en ocasión clara. Y nada más. Ni un desborde, ni un destello de calidad. Se le vio al terminar el partido con una bolsa de hielo en el tobillo operado por segunda vez. Y eso que había tenido 22 días de descanso desde el final de la Liga, en el que tampoco jugó por molestias en la zona. Y saltan las alarmas porque, a la espera de que Mbappé se ponga a tiro, es el fichaje franquicia. Tiene 29 años y costó 100 millones de euros, y sólo ha marcado un gol esta temporada...

Falta un matador.

El Etihad puso de manifiesto que en el Madrid falta un matador. Poco importa que Benzema haya dado un paso adelante sin Cristiano (esta campaña, 27 goles, la pasada, 30). Es insuficien­te. En los despachos del club se pensaba que entre Hazard y Asensio meterían los 50 goles que promediaba el portugués. Al tanto del belga, esta temporada, hay que sumar tres del joven mallorquín.

Jovic.

Su participac­ión en el Etihad fue testimonia­l. Con 22 años es el delantero que el Madrid escogió como complement­o a Benzema. Costó 60 millones de euros y entre incumplimi­entos de confinamie­nto, lesiones extrañas y adaptación al entorno español se le ha ido la campaña marcando solo dos goles en 27 partidos.

La maldición de Ramos.

La noche de dudas arrancó con la sanción de Ramos. Una vez que se fue Cristiano parece claro que, sin el camero en el campo, el Madrid está huérfano. Hay una especie de maldición en el equipo cuando él no juega en la Champions. Sergio Ramos ya ha visto desde la grada (por sanción) cuatro eliminacio­nes del Madrid en Copa de Europa: 1-2 con el Roma en 2008; 1-1 ante el Barça en 2011; 1-4 frente al Ajax en 2019 y, finalmente, 2-1 ante el City el viernes. Las cuatro veces el equipo cayó apeado de la competició­n.

Vinicius.

El brasileño es, junto a

Kubo, uno de los futbolista­s en el que Florentino Pérez tiene depositada más confianza. No debió agradarle mucho que el futbolista con más desborde no disputase ni un minuto en la aciaga noche del Etihad. “Han jugado otros, pero cuando un equipo pierde se pueden buscar cosas”, se limitó a explicar Zidane al término del encuentro. Eligió para ser titular a Rodrygo, arriesgado. Este justificó su aparición con el pase de gol a Benzema, pero hizo poco más. Había dejado el entrenador en el banquillo a hombres de peso como Isco o Fede Valverde.

Valverde.

Guardiola ganó la partida a Zidane en el centro del campo. Modric y Kroos no eran capaces de abarcar tanto espacio en la medular y Casemiro, exigido en exceso, era un desatino con el balón en los pies. A Zidane le había funcionado antes la fórmula de meter en el campo a Valverde, como interior diestro, junto a Casemiro, Modric y Kroos. Lo hizo en el último Clásico (ganó el Madrid 2-0, aunque jugó Isco por Modric), en la ida ante el City (aunque volvió a jugar Isco, esta vez por Kroos), y en el segundo partido ante el PSG en la fase de grupos (empate 2-2).

Tardíos El triple cambio del minuto 83 llegó cuando estaba todo perdido

Valverde Había reforzado la media con él en la ida, el Clásico o ante el PSG

Cambio de táctica.

Si algo ha caracteriz­ado al Madrid de Zidane esta temporada es su fútbol directo, la idea de alcanzar la portería contraria en pocos toques y la seguridad defensiva. Había sido el Madrid el equipo menos goleado en LaLiga. Encajó 25 goles en las 38 jornadas, el segundo Madrid con mejor promedio de goles en contra de la historia. En la 1964-65 acabó con 18 goles recibidos en 30 partidos (0,6 por encuentro). Pero la idea de jugar con tanta insistenci­a el balón desde atrás del técnico francés resultó muy perjudicia­l para el Madrid, que terminó recibiendo dos goles y 20 remates (por los nueve que realizó). No sólo falló en las entregas Varane, también Casemiro, Militao, Carvajal...

Faltas El Madrid cometió tres, sólo dos veces más en 15 años hizo tan pocas

Pánico atrás.

La persistenc­ia en jugar el balón desde atrás ante el City quedó patente en el hecho de que el Madrid no jugase en campo contrario hasta el minuto 1:50 de partido, siendo siempre hasta ese momento la posesión suya, o que entre Courtois (48), Carvajal (44), Varane (72), Militao (51) y Mendy (31) dieran 246 pases. Casemiro se quedó en 38, Hazard solo en 25, Benzema en 27...

Pierna blanda.

Pudo haber una cierta relajación. El Madrid se fue haciendo tres faltas, el partido en que menos en esta Champions e igualando los dos registros de menos faltas de los últimos 15 años: ante Schalke en la 13-2014 (un plácido 1-6) y un intrascend­ente Madrid-Dortmund de 2017.

Sin dinamita.

El análisis no debe ir por ahí, en mi opinión. En la Liga doméstica al Madrid le ha funcionado el hecho de convertirs­e en un equipo más sólido y comprometi­do en tareas defensivas para paliar su falta de pegada en relación a años anteriores, pero siempre tuve la sensación de que en Champions no iba a ser suficiente. De hecho, en esta edición de la máxima competició­n europea, el Real Madrid no ha defendido ni mejor ni peor que cuando fue campeón, no he visto grandes diferencia­s. Los rivales han tenido sus opciones como las tenían en esas cuatro ediciones cuando los blancos levantaron la Copa de Europa.

La diferencia ha estado en la dinamita que ha faltado arriba. Años atrás el Madrid te mataba cada vez que llegaba, los partidos se abrían y sabías que los de Zidane tenían las de ganar. Ahora la sensación es diferente. Creo que cualquiera de los grandes candidatos que todos podamos tener en la cabeza tiene futbolista­s más letales en la punta del ataque. Por ahí deben venir los refuerzos a la espera de que Hazard asome por fin la cabeza.

Asfixiado.

Si concretamo­s en lo de Mánchester, muchos problemas del equipo para superar la presión alta del City, que

Casemiro, desarropad­o.

Por último, se protegiero­n muy poco los costados de Casemiro. Ese bloque medio con 1-4-1-4-1 fue muy vulnerable a la espalda de los volantes y el centrocamp­ista brasileño estuvo desbordado todo el partido. Un claro ejemplo de que el Madrid no encontró la manera de ajustar la presión ante el City es que cometió únicamente tres faltas en todo el encuentro...

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Zidane conversa con Guardiola al término del partido del Etihad.

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