Sin fichajes no se renueva la ilusión
una asistencia. El pasado verano cerró su cesión al Dortmund, por dos temporadas, aunque las cosas no le van como él esperaba: sólo ha jugado 136 minutos y estudió la posibilidad de cambiar de aires, pero finalmente se quedó para pelear el puesto, aprovechando la salida de Favre y la llegada de un nuevo entrenador, Edin Terzic.
Las consecuencias de la pandemia de la COVID-19 han tenido bastante que ver en esta tendencia a la congelación por parte del Madrid en el mercado. El pasado verano sólo llegó una cara nueva al equipo, la de Odegaard, de vuelta tras su cesión en la Real Sociedad; las circunstancias le han llevado a solicitar la salida al Arsenal, ante la falta de confianza por parte de Zizou. Pese a las apreturas económicas, el Madrid logró cerrar el ejercicio 2019-20 con un beneficio de 313.000 euros y con 125 millones en la caja a 30 de junio del pasado año. Un flujo de tesorería, eso sí, que ya se habrá esfumado, dedicado al pago de los salarios de la plantilla, con la que se está negociando hombre a hombre un recorte de sueldos. No en vano, el Madrid anticipa en su presupuesto para la 2020-21 unas pérdidas de 91,1 millones…
Y en el horizonte asoma la reforma del Bernabéu, para la que el club se ha endeudado por 575 millones (mínimo). Un proyecto con el que aspira a llevar los ingresos, cuando los aficionados vuelvan al campo, hasta los mil millones por temporada. No empezará a devolver el préstamo hasta junio de 2023; a partir de entonces, y hasta 2049, el club partirá cada verano con el compromiso de abonar 29,5 millones a JP Morgan y Bank of America. Una cantidad con la que el Madrid no podrá contar para volver a la senda de los fichajes, un camino que ya no transita, cuando a principios de siglo fue el responsable de liderarlo con las grandes operaciones de Figo, Zidane, Ronaldo…
Lo he comprobado desde niño. Uno de los grandes momentos de la temporada para cualquier aficionado es la llegada de fichajes deslumbrantes, de los llamados refuerzos de lujo. Un guiño estratégico y emocional que entendió a la perfección Florentino en su primera etapa como presidente. Nos trajo en cuatro veranos inolvidables a Figo (¡desnudando al Barça!), Zidane, Ronaldo y Beckham. Pero la llegada de los llamados clubes Estado (PSG, City...) fueron amedrentando su implacable puño de hierro en el mercado, hasta hacerle virar hacia una propuesta tan atractiva como arriesgada: fichar jóvenes adelantándose a su explosión como estrellas mundiales.
Reinier Llegó en enero de 2020... sin plaza y para jugar en el Castilla
Eso te vale si los Vinicius, Rodrygo, Jovic, Militao, Odegaard, Kubo, Brahim, Reinier o Vallejo se hubiesen convertido en auténticos números uno en sus puestos. Pero al final te has gastado un dineral para chavales que en su mayoría se han quedado en el limbo de las llamadas eternas promesas. Ya sé que por el lado opuesto los 100 millones invertidos en un Top Five como Hazard han salido rana, pero es un caso tan extraño que difícilmente se repetirá. Si tú compras jamón ibérico de cinco jotas, lo normal es que esté para derretirse de rico al probarlo. Pero si compras recebo... compras recebo.
Es indudable que la pandemia ha hecho daño y que todos estamos ajustándonos el cinturón de los gastos. Es evidente que el club está ahorrando para poder afrontar desde 2023 la hipoteca del nuevo Bernabéu. Eso ya provocó que en los años 40, cuando don Santiago construyó el nuevo Chamartín, se notase en la cuenta de resultados. En aquellos años los blancos solo ganaron dos Copas del Generalísimo (1946 y 1947), pero en la siguiente década llegaron las cinco Copas de Europa. ¿El exigente madridista de ahora sabrá esperar unos años para tocar pelo?
en el Villarreal: 254’ en el conjunto azulón por 292’ en el equipo villarrealense.
Vallejo (Granada). Jugó todo el partido ante el Celta de Vigo (0-0). Lo hizo en el medio, de pivote, por las bajas. Además, durante la semana tuvo que jugar seis minutos en Copa al lesionarse Quini en el encuentro ante el Navalcarnero (0-6).
Jovic (Eintracht). Entró puntual ante el Hertha Berlín: jugó los 30 minutos finales del encuentro que acabó con la victoria del Eintracht por 3-1, aunque en esta ocasión no vio puerta.
Brahim (Milan). Un problema muscular dejó al jugador malagueño sin poder participar en el triunfo del Milan en Bolonia por 1-2.
Reinier (Dortmund). El brasileño se volvió a quedar en el banquillo, esta vez ante el Augsburgo: no juega desde el pasado 12 de diciembre (Borussia Dortmund, 1-Stuttgart, 5).