“Nunca haría lo que otros me hicieron a mí” Elena Fort
EIena Fort Cisneros (Barcelona, 1970) es la única mujer que, de momento, aparece en el equipo directivo que propone Joan Laporta. Fue directiva con el expresidente de 2008 a 2010 y sufrió durante seis años el yugo de la acción de responsabilidad propugnada por la junta de Rosell. Superó todas las tormentas posibles y cuando cualquier otra persona no buscaría más problemas, vuelve a la carga.
—¿El proyecto de Estimem al Barça es sólo una lona y nostalgia?
—La lona es la manera de expresarse. Hay muchos meses de trabajo detrás. Por ejemplo, en el Espai Barça: nuestro proyecto está a años luz del de las otras candidaturas.
—Para proponer ir a Montjuïc se debe tener mucho valor… —No propusimos esto, dijimos que hay muchas cosas a tener en cuenta y que una de ellas desde el punto de vista técnico lleva a un camino en el que las obras y la utilización del estadio es muy complejo. Es una posibilidad.
—Usted por ser directiva pagó un precio muy caro. ¿Vale la pena volver?
—Pasé seis años durísimos. —¿No se le quitaron las ganas tras sufrir la amenaza de la acción de responsabilidad? —No hice nada. Estaba segura de que era inocente. Cuando nos propusieron el pacto dije que no. Era más importante mantener mi postura y confiar en los tribunales. Tengo la conciencia tranquila.
—¿Y aún así no pondría el retrovisor ni pasar facturas como dice Laporta?
—Laporta también sufrió esa acción, pero yo con unas circunstancias personales más difíciles. Lo de poner el retrovisor como junta no toca porque mirar atrás es lo que hizo la junta que nos sucedió y ya vemos cómo ha salido. Lo focalizaron todo mirando atrás. Como club, la fuerza debe estar en mirar adelante. Otra cosa es que si en las diu dilligences se notan actuaciones de tinte delictivo o gravoso ya se verá. Pero tengo claro que no haré a otros lo que me hicieron a mí. —¿Cómo vivió su barcelonismo cuando la junta la estaba persiguiendo judicialmente? —Evidentemente, quería que ganase el club y que les fuera bien. Lo que tenía era ganas de que se fueran.
—Es usted la única mujer en la candidatura de Laporta. ¿El papel de la mujer en el Barça es una asignatura pendiente? —A día de hoy, sí. Pero todos hablan del número de directivas en las candidaturas y eso es importante, pero no relevante. El dilema no es el número de directivas que hay, sino el número de socias. —¿Prefiere más mujeres ejecutivas que directivas? —Hay que normalizar la presencia de las mujeres en todos los ámbitos. Nunca tendremos una presidenta con un 26% de socias. —¿Ha soñado ser presidenta? —No, conozco mis limitaciones. —¿Es Laporta presidencialista? —Por la experiencia que tengo, Laporta nunca impone nada, todo se vota. Es presidencialista porque es un líder fuerte que propone a la junta, pero todos los acuerdos se votan. La figura fuerte del presidente es esencial y más ahora. Ha sido opositor con moción de censura y presidente con moción de censura. Puede ponerse en todos los papeles. Poca gente como él para entender el universo Barça.
Laporta “Es un líder fuerte, pero todo lo que propone lo lleva a votación” Mujeres “El dilema no es el número de directivas, sino el de socias”
Un país que antepone la política al fútbol es un país en el que no merece la pena vivir
Catalunya es un campanario en el que no se puede elegir al presidente del Barça por motivos sanitarios pero sí al de la Generalitat, una anomalía que no dice nada bueno sobre sus motivaciones, escala de valores y prioridades: un país que antepone la política al fútbol es un país en el que no merece la pena vivir. Tampoco en uno que opta por la vía democrática pudiendo acogerse a las bondades de una dictadura cruyffista pero bueno, aquí todo el mundo tiene una opinión y yo me considero una persona tolerante.
El aplazamiento, como esa campana salvadora que te manda al rincón cuando el cuerpo ya no está ni para contar pajaritos, ha tenido un efecto revitalizador en dos de los tres candidatos, abocados a una derrota sin paliativos de haberse celebrado la votación en la fecha señalada. Todas las encuestas apuntaban a una victoria abrumadora de Joan Laporta pero el nuevo escenario ha proporcionado el tiempo y las condiciones necesarias para que Víctor Font y Toni Freixa articulen nuevas estrategias. Una de ellas ha consistido en aprovechar la apertura del mercado invernal para enredar con la posibilidad de incorporar a Èric García, un caramelito en boca de aquellos socios con tendencia al consumismo, de esos que bajan un momento a por tabaco y vuelven a casa con dos kilos de kiwis, una vela aromática de vainilla y el vibroshaper. La otra, más colaborativa y expansiva, consiste en explotar la vía de los debates a dos para poner verde al tercero.
Primero en el Círculo Ecuestre —no confundir con el Círculo de Lectores— y después en Barça TV, tanto Font como Freixa se ocuparon de advertir al socio sobre los peligros de votar al presidente que sentó en el banquillo a Frank Rijkaard y Pep Guardiola. “De la felicidad, como la droga, también se sale”, vinieron a decir uno y otro pero con un lenguaje mucho más técnico, más del siglo XXI. Es lo que, a su juicio, necesita el Barça del futuro: palabras complejas y una total ausencia de nostalgia, que la vida ya te mata de muchas maneras como para ir ofreciéndole nuevas posibilidades. “Yo digo que no es necesario correr tanto”, solía decir Cruyff. Y eso es lo que está haciendo Laporta, básicamente, pero allá los socios con el sentido de su voto y la dichosa democracia.