El Sevilla apunta al título
La épica victoria en Vigo deja a los hispalenses a seis puntos del Atleti ● Papu fue el héroe con un buen tanto
LaLiga ya no es cosa de dos. Ni tan siquiera de tres. A falta de ocho jornadas, son cuatro los aspirantes al título más emocionante de los últimos años. El Sevilla cursó su inscripción a la carrera final en Vigo, con un partidazo espectacular, con un carrusel de emociones que atrapa hasta al espectador más neutral. Los dos merecieron los tres puntos, pero se los llevó el cuadro de Lopetegui.
Y empezando por el final, el héroe fue Papu Gómez. El argentino sólo llevaba unos cuantos minutos sobre el césped cuando le birló la cartera a Aidoo y definió con maestría ante Iván Villar. Fue el golpe definitivo a un honorable Celta, un equipo que hizo sudar a su adversario hasta el final.
Se adelantaron los visitantes a los siete minutos en un saque de esquina. Gran centro de Acuña para que Koundé se elevase al cielo de Vigo y golpeara el balón a la red. Entonces apareció Aspas para mostrar su magia. El moañés remontó el partido en cuatro minutos con un doblete. Primero transformó el penalti cometido por Koundé sobre Santi Mina y después cerró una vertiginosa contra. No se pudo ver en directo por la pantalla porque se fue la señal de televisión. Y se le fue también la señal al Sevilla, que encajó en una falta a favor.
El intercambio no cesó. Fernando marcó desde fuera del área con la clave participación de Aidoo, quien desvió el balón a la red. Pero el Celta aún no había dicho su última palabra en la primera parte. Brais robó el balón en el mediocampo y mientras el Sevilla protestaba, Denis asistía, Aspas dejaba pasar el balón y Brais culminaba la jugada que él mismo había iniciado.
Remontada. No bajó el ritmo en la segunda parte, pero el Celta fue perdiendo fuelle y el Sevilla lo aprovechó. Empató Rakitic al cuarto de hora y Papu Gómez culminó la remontada a la media hora. El triunfo es oro para el Sevilla, una licencia para soñar con lo más grande, el título de LaLiga. El campeonato se aprieta más que nunca, está al rojo vivo.
Magia de Aspas El moañés marcó dos goles y regaló el tercero