“Soy más feliz ahora que en los dos últimos años” Neymar
Mbappé “Quiero jugar con él y ayudarle a romper todos los récords”
Hacía tres años de la última vez que Neymar estuvo en una rueda de prensa previa a un partido de la Champions. El crack brasileño reapareció ante los medios justo antes de uno de los partidos más esperados de la temporada y en la que el PSG se juega mucho contra el Manchester City. El mediapunta del conjunto parisino subrayó en rueda de prensa que hoy lo dará todo para llevar al PSG a la final y que se siente mucho más feliz ahora en París que en las dos últimas dos temporadas.
—¿Cómo llega de forma para este partido?
—Me siento bien, feliz. Me encuentro muy bien físicamente. Estamos preparados para jugar. Haré todo lo posible para llevar al PSG de nuevo a la final.
—¿Quién cree que merece el Balón de Oro, usted o Mbappé?
—Estoy muy feliz con la temporada que estamos haciendo. Respecto al Balón de Oro, no es algo en lo que pienso. Estamos actualmente centrados en la Champions porque es lo más importante. Respecto a Mbappé, es un gran jugador, lo viene demostrando con goles. Siempre estoy con él. Y quiero ayudarle a romper todos los récords posibles porque es un gran jugador. Es una fantástica persona. Mi primer objetivo es el de ganar la Champions antes que el Balón de Oro. —¿En qué ha mejorado el PSG respecto al año pasado?
—Es un equipo al que le tienen más respeto. Se encuentra ahora entre los cinco o seis mejores equipos del mundo. —Y ¿usted?
—Hay varias cosas en las que he mejorado desde que llegué al PSG. Ya dije que estoy feliz aquí, más que en mis dos últimas temporadas y estoy cada vez más contento. He tenido momentos difíciles, y la gente lo sabe. Creo que he ido mejorando, siempre he trabajado muy duro. Nunca hice nada antiprofesional a pesar de lo que se dice. Siempre he intentado mostrar lo que soy capaz de hacer y ayudar a mi equipo. Es nuestro segundo año en semifinales, y haremos todo por ganar. Tenemos que hacer lo mismo que hicimos ante el Barcelona y el Bayern contra el City. —¿ G a n a r l a Champions es su única prioridad? —Mi objetivo es estar entre los mejores. El año pasado entramos en la historia tras llegar a la final. Ahora estamos entre los cuatro mejores. Estamos mejorando y cada vez somos mejores. Vamos a darlo todo por ganar la Champions.
Quiero creer que me gustan los grandes partidos porque hay pocos
Todo lo que ahora nos importa mañana será ceniza. La chaqueta de cuero por la que mataste te vuelve ahora un hombre ridículo. Mañana será aún peor y acabará acartonada en la última percha del armario del idiota al que se la vendiste por Wallapop. Cualquier día sonará el timbre de tu casa de madrugada, a esas horas en las que los ruidos mecánicos solo anticipan desgracias, y cuando abras la puerta, aún abotargado por el calor dulzón del nórdico, te encontrarás con tu yo futuro riéndose en tu cara. Ayer comenzó una semifinal de la Champions, hoy arranca otra y mientras el monstruo de la Superliga duerme en la cloaca no puedo quitarme estas ideas de la cabeza. ¿Y si no tenemos razón en nada?
Incluso a mí, un firme detractor de la Superliga, me resulta imposible regatear la sensación de ridículo. Es un pensamiento familiar y siniestro. Incómodo, como todos los miedos que crecen dentro y antes que explotar carcomen. Si todo se acaba yendo, si incluso el rock vale menos ya que el agua del grifo, por qué no habría de sucederle lo mismo al fútbol. El Estrella Roja ganando la Copa de Europa en Bari y Kurt Cobain chillando en la MTV me producen la misma tristeza. Quizá por eso me opongo con todo lo que tengo a esta última ocurrencia de los clubes ricos. Si se derrumba el mundo bajo tus pies gritar no parece tan mala idea.
Dicen que el fútbol es de los jeques, pero en Europa y lo diré para que me entiendan los jóvenes, les está tocando mamar. Un PSG-Manchester City en semifinales de Champions no lo hemos visto nunca. Los franceses llegaron a la final por primera vez la temporada pasada solo para entregarle la copa al Bayern; para el City solo es su segunda visita al penúltimo peldaño de la gloria. Si cualquiera de ellos gana la Champions se convertiría en el vigesimotercer club en conseguirlo. Quiero creer que es esa excepcionalidad lo que hace grande al fútbol. Quiero creer que me gustan los grandes partidos porque hay pocos, aunque esta idea de integridad deportiva les suena a chino a cualquiera de los cuatro semifinalistas. Realmente lo pienso, aunque seguramente esté equivocado. Acabo de escribir este texto a la una de la madrugada mientras suena el timbre. No quiero abrir.