AS (Catalunya)

Mino Raiola “Sólo habrá una ocasión para comprar a Haaland”

- MARCO RUIZ

Sus ideas novedosas para la Superliga europea, la guerra que los agentes tienen abierta con la FIFA, Haaland, Ibrahimovi­c, Pogba... Es Mino Raiola en estado puro.

Todo en su cuartel general de Mónaco transmite optimismo. Colores vivos en contraste con el blanco de las paredes, obras de arte modernas y divertidas. El propio Raiola es así. Viste desenfadad­o y es vivo, ágil de mente y de verbo rápido. Nos atiende en un perfecto español. Habla seis idiomas. Domina todas las facetas de la industria del fútbol y habla de ellas con seguridad. Y en sus manos está el futuro del futbolista del momento...

—¿Cómo conoció a Haaland? —Lo vi por primera vez en la tele, en un partido del Molde. —Y fue a por él. —Eso hice. Tengo pocos flechazos, pero cuando veo uno y me gusta, digo: “Es este”. —¿Cómo es realmente Haaland?

—Como todas las estrellas. Para él está primero el fútbol y luego todo lo demás. Cristiano, Ibrahimovi­c... Todos hicieron del fútbol el centro de su vida. Haaland no sabe qué restaurant­es hay en Dortmund, estudia mucho cómo poder mejorar, se entrena duro. Los grandes campeones, para mí, son las personas más simples. Y es importante tener una mujer buena a tu lado, es fundamenta­l, crear tu círculo… —Usted sorprendió con su gira por Madrid y Barcelona con el padre de Haaland…

—Si le cuento el motivo del viaje no se lo va a creer. El papá de Haaland tenía que ir a Marbella. Él quería viajar y yo también, porque yo tenía que felicitar a Laporta e ir después hacia Madrid. Hicimos todas estas cosas de una vez. Porque mire, el 99% de las veces viajo y nadie sabe dónde estoy.

—Pues parecía una gira publicitar­ia…

—-Lo extraño es que no hay Terminal Privada en Barcelona. Hay allí un paparazzi 24 horas al día. Creo que estaban esperando a una actriz. No era un paparazzi deportivo. Pero mire, tampoco tengo nada que esconder, yo hablo mucho con los directores del Barça o con José Ángel Sánchez.

—¿Le ha dicho Haaland ya donde quiere jugar? —-No, porque no me interesa que me lo diga ahora. Me lo tiene que decir cuando estén todas las cosas claras en mi cabeza y yo pueda hacer un menú, y ponerlo en su plato: tenemos eso, esto y esto… Y ahora no podemos. Lo que sabemos hoy es que el Dortmund habló muy en serio con nosotros y nos dijo: “No-lo-vende-mos”. Y esto es lo seguro. —¿No lo quieren vender este mismo verano?

—Eso es lo que han dicho. Ahora, hay que ver si ese deseo existe hasta el 1 de septiembre. —¿No depende también de si juegan la Champions?

—Eso es lo que dice usted. —Hombre, imagino que… —Claro, podemos imaginar muchas cosas. Hoy, la postura oficial del Dortmund es esta. Pero yo tengo otra postura, creo que si se presenta una buena oportunida­d y todo el mundo se queda contento, vamos a ponerlo sobre la mesa.

—¿Cómo acertar con el momento para salir?

—Nadie lo sabe. Quedarse es un riesgo, irse también. —Pero veo que usted está abierto a la posibilida­d de que Haaland salga.

—En mi cabeza está, en la del Dortmund, no.

—¿Hay algo firmado para facilitar la salida de Haaland en 2022?

—Mire, en esta agencia mía hay unas reglas que son como las que hay en un despacho de abogados. Si el futbolista confía en mí, confía también en que todo lo que pasa en su vida se va conmigo debajo de tierra. Si él quiere hablar de esto, es libre. Yo no puedo ni quiero. Porque, entre otras cosas, no es importante. —¿No lo es? —Más importante que cualquier cláusula es si el futbolista quiere salir o no. Porque Ibra no tenía cláusula, Pogba tampoco. En España hay cláusulas de 400 millones… —Pero si hay algo firmado para 2022 al Borussia le interesará venderlo este verano y sacar así más dinero.

—Eso es algo que usted tiene que preguntar al Borussia. —¿A Haaland le pega más el estilo Premier o LaLiga?

—A Haaland le interesan dos cosas: marcar goles, porque es como un Cristiano o un Zlatan, tiene esa obsesión positiva, y ganar títulos. Y él escogerá, segurament­e, donde esas dos cosas juntas se den más. Es muy difícil mentir. Cuando llega un club como el Barcelona o el Madrid, con tanta historia y tan grandes, es difícil decir que no. El PSG está entrando en este grupo de grandes, el City está intentando llegar, la Juve siempre estuvo. También importa el campeonato que jueguen. El PSG juega la peor liga de los grandes. El Bayern ya está en una liga atractiva, pero sabemos que la gana siempre. En España hay tres con opciones… —¿El Madrid puede permitirse a Haaland? —Permitirse no lo sé, porque no estudié sus finanzas. Pero creo que sí. Creo que todos pueden permitírse­lo. Pero la pregunta es otra: ¿El Madrid puede permitirse no comprar a Haaland? ¿Y el Barça? —Hombre, el Barcelona lo tiene en principio más difícil. —Es complicado, pero no imposible. Ese es el trabajo de un dirigente de un club. Es igual para los clubes que para los jugadores. Pasa un tren y qué haces, lo coges o no lo coges. Y esa es la gran cuestión.

—El Madrid parece más encaminado este verano a Mbappé. —El problema de los grandes clubes es este. A Mbappé le queda un año más de contrato. El PSG puede hacer dos cosas.

O lo que hizo el Borussia con Lewandowsk­i años atrás, no venderlo y dejarlo ir libre, que es una postura muy valiente, o venderlo ahora. Depende del club, del futbolista…

—Pero el futuro de Haaland, si tiene que ser en el Real Madrid, depende un poco de Mbappé. —El futuro de un futbolista nunca depende de otro futbolista. Depende de sí mismo. Hay que saber que en los grandes clubes pueden coexistir Messi y Neymar estando juntos, o Ronaldinho con otros grandes. Si Haaland puede estar con o sin Mbappé… Los grandes futbolista­s están juntos siempre. —¿Haaland piensa que ya está hecho para un grande? —Yo creo que todo el mundo lo entiende, no solo él. Lo ha demostrado. Y sólo estás listo para un grande cuando los grandes vienen a por ti. Hay que dejar al mercado hablar… —¿Y qué dice el mercado ahora? —Que está listo. —¿Cuántos equipos le han llamado?

—Todos los grandes le quieren…

—¿Todos los de la Superliga? —Los 14 clubes grandes lo quieren, sí. Ahora es importante saber cuál es la mejor opción. —¿Irá Haaland donde le paguen más dinero?

—No, no… Mi trabajo es maximizar el rendimient­o económico

Borussia “Habló en serio con nosotros y nos dijo: ‘No lo vendemos este verano”

Su postura “Si hay una buena opción y todo el mundo queda contento...”

El Madrid “La pregunta es si puede permitirse no fichar a Haaland”

del jugador, pero debe ser un proyecto importante. No puedes comprar un futbolista así sin tener una idea o un proyecto de futuro. En esto el Real Madrid y el nuevo Barcelona cambiaron mucho. Porque tuvieron una época en la que compraban muchos jugadores que tenían poco recorrido. Les hacían salir muy pronto. La rotación de futbolista­s era demasiado rápida.

—El Madrid ahora está en un momento crucial, ha de recomponer el equipo.

—Y es fundamenta­l escoger bien. Es tan importante como comprar a buen precio. Si no, te buscas un problema para varios años. Ese cambio que haga el Madrid le tiene que durar diez años, y por esto Haaland es importante, porque es muy joven, pero ya estaría comprando un joven con experienci­a en la élite. Ocurre igual con Mbappé. Pero sólo tienes una ocasión para comprarlos. Ahora tienes la oportunida­d de comprarlos para los próximos diez años. Ocurrió esto con Cristiano o Messi. Luego, cuando están en un gran equipo, no les dejan ir.

—¿Qué le gusta más a Haaland? —Siendo escandinav­o siempre fue muy de Ibrahimovi­c, por ejemplo. Zlatan hizo mucho por los países nórdicos. Allí no hay estrellas porque el propio país no las acepta. Son educados, tranquilos… Tú no puedes ir con un Ferrari a Malmoe. Y Zlatan enseñó a las personas allí que tú puedes ser lo que tú quieras.

Haaland aprendió de esto. Sabe que puede ser lo que quiera. —¿Haaland puede llegar a tener el retorno económico que aporta, por ejemplo, Pogba? —Creo que es diferente. Yo tuve a un Balón de Oro, Nedved, con una fuerza de comunicaci­ón cero. En cambio, imagínese a Balotelli con la cabeza de Messi, porque la cualidad la tiene. Y Paul (Pogba) es el número uno en esto. Si hubiera jugado en Madrid o Barça, sería el que más dinero genera ahora. —Tras Haaland, ¿es Pogba una de las preocupaci­ones de Raiola para este mercado? —Cuando un jugador te pregunta qué vamos a hacer, es una gran responsabi­lidad. Ahí es cuando te quedas en vela toda la noche pensando qué es mejor… Yo intento que sea un proceso junto con el futbolista para ver qué tiene realmente en el corazón. Ibrahimovi­c sabe que yo estaba en contra de que fuera al Barça, y él quería porque era un Barça de un grandísimo nivel. Y aunque la gente pueda pensar lo contrario, yo creo que (ese movimiento fallido) fue una gran cosa, no una gran derrota. Porque aprendió mucho más en seis meses que en largas etapas de su vida. Con Pogba, lo importante ahora es saber qué quiere el United, qué proyecto propone a Pogba. A Pogba le interesa una cosa, ganar la Champions y ganar títulos, y vamos a ver dónde es esto posible, si en el United o en otros grandes clubes de Europa. —¿Por qué no está Pogba ya en el Real Madrid?

—Es una pregunta para hacer al Madrid. En una época, Pogba sintió mucho amor y confianza del United, y había varios clubes más… Después, es muy difícil que United y Madrid se entiendan para un gran traspaso, porque los clubes fuertes no quieren vender jugadores fuertes a otros clubes fuertes. Y no le voy a engañar, para Pogba jugar en el Madrid siempre fue una cosa muy atractiva, también por Zidane. Es su ídolo de joven. —¿Será posible ya?

—No lo sé. Yo pienso que nada es imposible, pero el fútbol depende del día. Tal cual. Y hay que ser flexible para pensar en todas las posibilida­des. ¿Y si mañana el Madrid quiere hacer un cambio Hazard-Pogba? Es sólo un ejemplo.

Y si le gusta a las cuatro partes, ¿por qué no?

—Dígame, ¿qué opinión tiene usted del Real Madrid? —Hay una realidad con Florentino, y es que él creó esa marca de los Galácticos en la que aún piensa la gente de mi generación. Fue una gran creación. La historia del Madrid como club es increíble. Estar ahí para un futbolista es fantástico. Pero en la comparació­n con el Barça hay que decir que el Madrid está cimentado sobre grandes futbolista­s. En cambio, el Barcelona está formado sobre una filosofía.

—¿Y eso repercute en el jugador que va finalmente allí? —Para mí, si Ibrahimovi­c hubiera ido al Madrid, hoy todavía estaría jugando allí. Porque Zlatan no está formado sobre la fuerza de una filosofía, sino sobre la de un gran jugador, como es Benzema, Cristiano, Di Stéfano o Puskas. Ellos están formados sobre el talento puro, y el Barça sobre una filosofía, sobre una idea de juego en la que podrías entrar tú o yo si te meten en ese sistema. Otra diferencia, para mí, es que el Madrid dejó a Cristiano irse. El Barcelona no dejó a Messi irse, porque era fundamenta­l para su filosofía. —¿Cómo es su relación actual con Florentino Pérez?

—Yo tengo relación con José Ángel Sánchez.

—¿Con Florentino no?

—No especialme­nte. A mí me gusta más tratar con los directores deportivos o generales, como José Ángel Sánchez. Hablo con algún presidente si tiene funciones parecidas… Pienso en Gino Pozzo, que es presidente, director deportivo, entrenador, atacante, defensa central… Luego hay otros casos, como Agnelli, que es mi amigo y hablo un par de veces con él al año, a veces sobre otros temas. Pero de la Juve trato con Paratici, y en el Milán, con Maldini. —Usted lleva casi 30 años en el negocio… ¿Cómo ha cambiado su trabajo en este tiempo? —Hoy, el futbolista tiene una fuerza económica fuera de lo normal. Y necesita que le protejan en muchos ámbitos. Ahora el fútbol no es sólo un deporte, es una industria. A la gente no le gusta decirlo porque no es romántico, pero es la verdad. Antes, el fútbol era sólo fútbol. —¿Qué más es ahora?

—-En mi caso particular, pienso que soy una gran parte del Calciomerc­ato, por las cosas que hablo sobre los jugadores, las cosas que hago… En América, el Calciomerc­ato se llama Draft, y es lo más importante del juego, es un show. Hoy se puede hablar de fútbol sólo el domingo, cuando hay partido. Y si retira el Calciomerc­ato de la industria del fútbol, estaría usted quitando el 60% de lo que importa, y se quedaría sólo con el partido. —¿Qué piensa de los jugadores como Mbappé, que no tienen representa­nte?

—Lo terminan teniendo de manera diferente, porque hay un gran equipo de personas detrás de ellos. Yo no puedo hablar bien o mal de esto. No sé si sería mejor o peor que estuviera conmigo, lo que sí sé es que el que está conmigo, es muy feliz. Esa es mi satisfacci­ón. Yo creo que un papá que no está muy preparado no puede estar en este negocio. Piense en por qué los mejores doctores no operan a sus propios hijos. Hay una razón, necesitas poner

Pogba “El Madrid siempre fue muy atractivo para él... por Zidane”

Ibrahimovi­c “Si hubiera fichado por el Madrid, todavía estaría jugando allí”

Florentino “Él fue quien inventó la marca ‘Los Galácticos’; fue una gran creación”

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distancia. Uno de mis propios hijos era muy bueno jugando, pero no quería ser profesiona­l. Y si lo hubiera sido, yo no lo habría representa­do.

—¿Y no son los clubes presos de los representa­ntes? Cada uno tiene a sus agentes de cabecera y les necesitan... —Es difícil que un club se ponga en mis manos, porque yo defiendo exclusivam­ente los intereses de mis jugadores. Pero ocurre que para defender bien el interés de mi futbolista, tengo que entender bien al club. Por eso mis futbolista­s no son caros, son baratos, porque tienen mucho éxito. El jugador caro es el que no rinde.

—La imagen del agente de siempre es la de la persona que no hacía nada y se llenaba el bolsillo.

—Pues es una idea muy equivocada. En esa gran pirámide que forman los futbolista­s sólo unos pocos llegan a ser profesiona­les, pero forman parte de una industria que es muy complicada. Piense en cuando Ibrahimovi­c fue al Barcelona. Es parte de la vida, puede suceder que la cosa salga mal…

—Ahí acabó muy mal usted con Guardiola.

—No, fue Guardiola el que acabó mal conmigo (risas). —¿Qué pasó? —Escuche. Creo que Guardiola es un grandísimo entrenador. Yo no odio a nadie y no me parece desagradab­le, porque no le conozco en persona. No me gustó lo que hizo con Zlatan, pero esto ya es el pasado. —¿Qué opinión tiene de la Superliga? —Una radicalmen­te diferente al resto. Yo siempre abanderé una batalla contra la FIFA, contra esa mentalidad monopolist­a que no me gusta. No necesitamo­s de la FIFA para jugar al fútbol… Pero mi gran observació­n a la Superliga es que los organizado­res querían prescindir de la Champions League para jugarla. Y es un error. La palabra clave aquí es “TAMBIÉN”.

—¿Qué quiere decir? —Ferrari puede ir con un coche a la Fórmula 1 y con otro a Le Mans. ¿Por qué no puede jugar el Madrid en la Champions y en la Superliga? Sería el experiment­o más maravillos­o del mundo del fútbol. Tener dos torneos, Champions y Superliga. Y que el gran público decida cuál le gusta más.

—Entiendo.

—Si yo fuera propietari­o de un club, querría que mi equipo jugara la Superliga y también la Champions… Y por supuesto las ligas nacionales. Para los futbolista­s sería bueno, y para los hinchas también. Esa competenci­a obligaría a los organizado­res a hacer torneos realmente atractivos. Hoy no, si alguien quiere ver fútbol de máximo nivel tiene la Champions League… y basta. —Entonces, está muy a favor... —Vi con incredulid­ad las protestas en la calle de la gente. Eran protestas contra algo que todavía no se había explicado. Se protestaba contra el sentimient­o de una competició­n cerrada. Pero la Superliga no debe ser una obligación, ¿eh? Si la odias, no compres los derechos o no pagues por verla. Si la quieres ver… adelante. Pero la clave es la palabra “TAMBIÉN”.

—¿No cree que la Superliga supone vender el fútbol de élite a los americanos? —¿Por qué los americanos están comprando los clubes de Europa? ¿Por qué no los compran los europeos? Porque aquí hay dinero, pero no existe ese espíritu de invertir en el deporte. Si compras un club en Europa, para la gente y para los bancos eres un loco. Un americano, en cambio, compra el club con una idea, con la idea del business, de la economía, como compraron el Liverpool o el United. Y ocurre una cosa, no puedes decirle a esta gente: usted puede comprar un club como el United, pero no puede tener su mentalidad americana. Y la realidad es que MLS, NFL o NBA están organizada­s como la Superliga… Esas personas que protestaro­n en la calle, ¿odiaban el domingo por la noche la

NBA? ¿Acaso la Fórmula 1 es una competició­n abierta? —¿La Superliga no acabaría con las ligas nacionales? —Falso. Son la propia Champions y el Fair Play Financiero los que han creado las diferencia­s entre los clubes grandes y pequeños. La razón es sencilla. En el caso de España, son casi siempre los mismos seis o siete equipos que entran en Europa: Real Madrid, Atlético, Barcelona, Sevilla, Villarreal, Valencia… Pues ellos son los que siempre se reparten los algo más de cien millones que ofrece cada año Champions y Europa League. Y la brecha con los demás se va haciendo cada vez más grande, año a año. —¿Jugar dos torneos no plantearía un problema de fechas? —Dígame usted cuántos jugadores tienen Barcelona o Real Madrid en la plantilla. Los clubes tienen hoy un problema, que tienen más jugadores de los que caben en el equipo. Yo llevo años pensando en esto… y la única regla fija debería ser que no puedes cambiar una estrella de un torneo a otro. La obligación debería ser dar la lista que juega esa competició­n antes y que sea cerrada. Eso permitiría a los clubes idear estrategia­s, ver a qué competició­n quieren dar más importanci­a e incluso contratar a ciertos jugadores para que jueguen cada una de esas competicio­nes. Un club tendrá que pensar: ¿voy a contratar a Ibrahimovi­c para jugar la Champions o la Superliga? —Pero claro, UEFA y FIFA se opondrán ferozmente.

—Es que a mí el monopolio que ejercen no me parece que esté acorde con el espíritu del fútbol o del deporte. En el boxeo ya hay cuatro o cinco federacion­es. El golf organiza un Mundial sin tener una federación. La Federación de Natación ya ha perdido en la justicia europea un pleito sobre que no son los únicos que pueden organizar las competicio­nes…

—¿La FIFA está en el momento más débil de su historia? —Para mí hay una cosa importante, es una organizaci­ón que ya ha caído en varios escándalos. Si uno cae una vez, vale. Pero si cada cuatro o cinco años los escándalos son siempre los mismos, ya no es un accidente, ya es una forma de ser. ¿Estamos de acuerdo en que esta gente nos gobierne? Es una locura total. El problema es si tenemos un derecho o si te hacen un favor. No es posible que la FIFA decida quién va a jugar un Mundial o no en base a que hagas una cosa simpática o no a sus ojos. Estamos hablando de una organizaci­ón muy opaca y cerrada.

—¿Qué modelo propone para organizar el fútbol sin la FIFA? —La gran fuerza del fútbol es que sobrevive a pesar de la FIFA (risas). Yo creo que el propio fútbol tendría que crear una plataforma para arreglar sus asuntos a todos los niveles y que la FIFA discutiera democrátic­amente cosas generales como las reglas del fútbol, si hacemos las porterías más grandes, el fuera de juego… Que además, para eso se fundó. El poder absoluto corrompe.

—¿Por qué cree que quieren regular la actividad de los agentes? —Escuche, la FIFA tiene que tapar muchos problemas, y para hacerlo crea otros problemas. Por otro lado, cada vez está más claro que los que tienen la verdadera fuerza en el fútbol son los jugadores, porque son ellos los que lo generan, y así quieren disminuir su capacidad de actuación y fuerza. —Dice la FIFA que los agentes tienen demasiada influencia. —No saben cómo es el fútbol. Ok, vamos a limitar también los salarios de los futbolista­s, o los traspasos, o las entradas para los partidos. ¿Por qué la FIFA aumenta cada año el dinero de los sponsors, de los derechos televisivo­s…? ¿Por qué no limita eso también? —¿Y sobre lo de la influencia?

—El trabajo de un agente es proteger al máximo los intereses de los futbolista­s. Y el de los directores deportivos defender los intereses de los clubes. Es como comprar un Rolls Royce y no pagar un chófer. O comprar un avión y no contratar un piloto. Es una locura total. Nosotros también somos parte del fútbol. Yo, desde luego, nunca fui a una negociació­n con una pistola en la mesa. Si existimos es porque los jugadores nos necesitan y los clubes también.

Su idea “Con Superliga y Champions a la vez, será el público el que decida”

La FIFA “Quiere regular a los agentes para tapar otros problemas”

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Raiola, en un momento de la entrevista realizada en Mónaco.

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