Cristian Álvarez se viste de héroe ante un Lugo en la UVI
El gol del portero puso el empate en el minuto 97
Cuando naces martillo, del cielo te caen los clavos. Este puede ser el refrán que mejor le case a este Lugo que, en una segunda vuelta terrorífica en la que sólo ha ganado un partido, atisba ya el descenso no como una posibilidad sino como un destino casi ineludible.
En un partido en el que se esforzó por no cometer errores le marcó el portero rival en la última jugada del encuentro. La sensación es que la moneda siempre va a salir cruz y lo único que falta por saber es cual de las mil maneras de morir van a tocar en cada partido. El Zaragoza se hartó de colgar balones hasta que lo improbable ocurrió, porque si el Lugo está en frente lo improbable siempre es un poco menos.
Los locales intentaban imponerse a base de nervio, pero el equipo aragonés no se descompuso y con las subidas de Vigaray llevaba peligro al área de Varo, titular por primera vez esta temporada en la meta de los albivermellos. Bermejo tuvo la mejor de los suyos al borde de descanso, de nuevo tras pase de Vigaray, en un disparo que se fue fuera por poco. El que acertó fue Manu Barreiro, que de severo testarazo embocó a gol un corner magistralmente botado por Herrera.
Comenzó accidentada la segunda parte, con un golpetazo entre Varo y Peybernes a la salida de un córner. Avisó Adrián con un remate que se fue alto a los diez minutos de la reanudación, y ejecutó poco después cuando Varo echó una mano, nunca mejor dicho, a la cabeza de Azón para provocar un penalti tan claro como evitable. El cuadro local acusó el golpe, pero estaba decidido a agarrarse al partido y el central Venancio, que se había lucido en defensa, aprovechó un rechace en un córner para marcar el segundo de los suyos. El Zaragoza fue con todo por el empate, pero fue Cristian Álvarez, sí, el portero, el que empató el partido en la última jugada del encuentro. La épica se alió con el Zaragoza y deja al Lugo en la UVI cuando más había luchado.