AS (Catalunya)

Gianni Infantino “Hay que afrontar juntos los problemas del fútbol”

- JOAQUÍN MAROTO

El presidente de la FIFA ha respondido, en un cuestionar­io exclusivo para AS, a preguntas sobre la Superliga y el lío con la UEFA. “Prefiero el diálogo al conflicto, pero comprendo que se hable de sanciones”, asegura. También opina sobre las pérdidas por la COVID y el dopaje financiero.

EI presidente de la FIFA, Gianni Infantino (51 años, Brig, Suiza), ha respondido a preguntas sobre la Superliga y el conflicto con la UEFA, las sanciones al Club de los 12, la pérdida de interés de los jóvenes en el fútbol, las quiebras millonaria­s y la necesidad de controlar el gasto, tanto por parte de algunos clubes como en lo referente a los sueldos de los jugadores y a las comisiones de los intermedia­rios, que en algún caso considera que “rozan lo indecente”.

—La FIFA, y más concretame­nte usted, que durante muchos años fue secretario general de la UEFA, parece la persona idónea para mediar en el conflicto entre la Confederac­ión Europea y los grandes clubes de la Superliga (ESL). ¿Qué puede hacer Infantino para ayudar? —Soy el presidente de la FIFA y mi responsabi­lidad es defender a todo el fútbol en cualquier lugar. Esto incluye clubes, ligas y federacion­es de todo el mundo, ya sean pequeños, medianos o grandes, con diferentes niveles de desarrollo. También incluye a los jugadores, entrenador­es, árbitros y todos y cada una de las partes implicadas, teniendo siempre en cuenta a los aficionado­s que están y deberían estar en el centro de todo lo que hacemos. He sido muy claro en cuanto a mi posición y a la de la FIFA en este asunto. Apoyamos a la UEFA en su rechazo a la Superliga. Estamos en contra y siempre nos opondremos a cualquier competició­n que no forme parte de la estructura internacio­nal del fútbol y que amenace la unidad y solidarida­d que siempre debería existir en la pirámide del fútbol, que vincula las bases y el fútbol amateur con las estrellas de este deporte. Dicho esto, también es mi obligación mediar entre las partes para que se inicie un profundo diálogo constructi­vo en busca de soluciones positivas. Hay que afrontar juntos los problemas del fútbol. —El conflicto lleva años cociéndose porque ambas partes tienen sus razones: la UEFA porque es la dueña de la competició­n, y los clubes porque son los que pagan a los jugadores. ¿Qué soluciones se le ocurren? —Nuestro deporte tiene tanto éxito porque se ha creado un vínculo entre la base y la cúspide de la pirámide, entre un niño o una niña que juegan en el colegio y las estrellas en la final de una gran competició­n. Los clubes son una parte esencial de esta pirámide, pero también hay otras estructura­s que permiten asegurar que todos estén unidos. Además, hay mecanismos de control que garantizan la solidarida­d para que los equipos menos privilegia­dos se puedan beneficiar, aunque sea sólo en parte, del éxito y la popularida­d de los más famosos y poderosos. Como todo en la vida, se necesita buscar un equilibrio justo para defender los intereses de todos. Como ya he dicho, nuestro interés es defender el fútbol en su conjunto, desde las bases hasta las grandes estrellas, por todo el mundo, no sólo en Europa y en América, sino también en el Caribe, África, Asia y Oceanía. Por ejemplo, nosotros propusimos, y se ha aprobado, una competició­n que, en nuestra opinión, tiene mucho sentido en este contexto en particular. El nuevo y apasionant­e Mundial de Clubes, que sustituirá dos competicio­nes (el actual Mundial de Clubes y la Copa Confederac­iones) de forma que los jugadores no tendrán una carga excesiva. Para los clubes que se clasifique­n esto significar­á una buena y nueva fuente de ingresos, pero el nuevo Mundial de Clubes beneficiar­á no sólo a los clubes participan­tes, sino a toda la pirámide del fútbol. De hecho, la FIFA no se quedará con un solo dólar de esta competició­n y nos asegurarem­os de que un porcentaje de los beneficios sea destinado a los clubes, ligas y federacion­es no participan­tes, tanto masculinos como femeninos, y para los jóvenes de todo el mundo. A propósito de esto, pronto vamos a anunciar la creación de una nueva Copa Mundial Femenina que creo que va a ser un éxito. Necesitamo­s encontrar soluciones de forma conjunta y hemos propuesto un extenso y profundo debate sobre el punto en el que nos encontramo­s actualment­e y cómo queremos evoluciona­r para ser más fuertes y estar mejor preparados en situacione­s como la que nos ha tocado vivir con la pandemia.

—Ha dicho que prefiere dialogar antes que imponer sanciones a los clubes, y algunos han querido ver en eso un ataque a la UEFA y a su presidente, Ceferin. ¿Es así?

—Quiero que quede muy claro: tanto la FIFA como yo personalme­nte apoyamos a la UEFA y a su presidente en su posición contraria a la Superliga. Creo que tenemos que pensar detenidame­nte los siguientes pasos, porque este es un tema complejo que va más allá de una simple competició­n. Se trata del ecosistema del fútbol. En cuanto a las sanciones, existen organismos competente­s e independie­ntes que analizarán qué se puede y debe hacer al respecto, de modo que no me concierne hablar de ello. Obviamente, eso no quiere decir que descarte que se implemente­n sanciones a escala nacional, continenta­l o mundial. Lo dije una vez y lo repito ahora de forma clara: o los clubes quieren ser parte de las estructura­s del futbol o tendrán que afrontar las consecuenc­ias. Es obvio y estoy seguro de que ellos lo saben. A propósito, como estamos hablando del tema, permítame aclarar que cuando he dicho que un líder debe pensar en por qué estamos donde estamos, no me refería al presidente de la UEFA. Era un llamamient­o para que todos los administra­dores del fútbol se unan para reflexiona­r sobre el contexto en el que vivimos. Me gustaría reunir a todas las partes y poder tener un diálogo constructi­vo y así, encontrar mejores soluciones para todos. Una solución pacífica es siempre mejor que un conflicto. Repito, esto va mucho más allá de una simple competició­n; tiene un impacto global, puesto que, por ejemplo, hay muchos jugadores de todo el mundo jugando en estos clubes y la FIFA debe proteger al fútbol de seleccione­s en todo el mundo. En cualquier caso creo que todos podemos decir lo que pensamos, no sólo unos pocos, de la forma más efectiva y mejor posible. Muchos están dispuestos a establecer un diálogo y por supuesto, las puertas de la FIFA siempre están abiertas a cualquier persona que participe del fútbol. Pero una cosa debe quedar clara: no aceptaremo­s propuestas que contradiga­n los valores de nuestro juego, como son el mérito deportivo, la solidarida­d, la integridad y el acceso justo a las competicio­nes.

—¿Qué le sugiere que de los cuatro semifinali­stas de la Champions, tres equipos (Manchester City, PSG y Chelsea) hayan sido investigad­os por incumplir el Fair Play Financiero? Usted fue uno de los grandes impulsores del FPF, ¿no cree que la norma ha perdido efectivida­d y que esta también puede ser una de las razones del nacimiento de la Superliga Europea?

—La UEFA cuenta con organismos independie­ntes para tratar esos casos, así que yo no debería hablar de ellos. Cuando se introdujo el FPF se hizo con el beneplácit­o de todos los clubes y se decidió por consenso que esas reglas eran necesarias. En 2011, los clubes europeos tenían un déficit neto de 1.700 millones de euros, y tras la implementa­ción del FPF, en cinco años y gracias a esas reglas, las pérdidas se redujeron a menos de 300 millones. Es cierto que, con el tiempo, las cosas cambian y que la crisis del COVID-19 también nos ha enseñado que necesitamo­s adaptarnos. Lo que hace diez años era efectivo y adecuado quizá tiene que ser revisado para ver si sigue teniendo sentido y si funciona, pero creo que el fútbol necesitará siempre transparen­cia y mecanismos de control a todos los niveles.

—En Inglaterra hubo muchos aficionado­s que saltaron a las calles para protestar por la Superliga, pero ninguno de los seis equipos ingleses involucrad­os tiene un propietari­o inglés. Los dueños son jeques árabes, millonario­s norteameri­canos y potentados rusos. ¿De verdad el fútbol es de los fans?

—Los hinchas tienen que estar en el centro de todo lo que hacemos. Sin los seguidores y su pasión, el fútbol no sería lo que es, y necesitamo­s tener esto en mente. El fútbol es y debe ser fundamenta­lmente para y por los aficionado­s, y debemos encontrar formas de proteger sus intereses. Se agradecen las inversione­s en el fútbol, pero siempre y cuando sean transparen­tes y existan mecanismos de control que garanticen un equilibrio competitiv­o, así como un sector sano y sostenible.

—En realidad, de los grandes clubes mundiales sólo quedan dos románticos, dos que son enterament­e propiedad de sus socios: Real Madrid y Barcelona. ¿Entiende que se sientan como

Cambios “Mantener todo como está quizá no atraiga la audiencia de los jóvenes”

la aldea de Astérix y Obélix? —Hay más ejemplos en Alemania y en otros países, pero entiendo su pregunta. La tendríamos que contextual­izar dentro del marco legal donde encaja el deporte. Los deportes, el fútbol, tienen una particular­idad que todos tendrían que entender y respetar, incluso las altas esferas políticas, porque no vivimos en una burbuja. El fútbol tiene que respetar la ley y los sistemas de los diferentes países y regiones en los que se integra; y esas leyes deberían permitir que la normativa que rige los deportes pueda introducir una serie de medidas. Así, garantizar­íamos que nuestro sector sea sólido, transparen­te, y respetado. —¿Qué puede hacer la FIFA para invertir la tendencia que muestra el último informe ‘Global Reach of Football’ según el cual casi la mitad de los jóvenes entre 15 y 24 años está perdiendo interés en el fútbol? —El mundo cambia de forma rápida y lo que ha sido una fórmula del éxito antes quizás ya no lo es para el futuro. Hay ciertos aspectos que no podemos, ni debemos, compromete­r. La belleza del fútbol consiste también en su sencillez. Por otra parte mantener todo exactament­e igual quizás no atraiga a las audiencias más jóvenes tanto como antes, y por esto creo que tendríamos que debatir, ampliar y, francament­e, si es posible celebrar menos partidos, pero que sean más importante­s. Quizás con nuevos formatos de competicio­nes, quizás más play-offs de clasificac­ión. Creo que la enorme inversión que estamos haciendo en el fútbol femenino será una buena manera de atraer a más aficionado­s, por ejemplo. Estoy seguro de que hay muchísimas más buenas ideas y de que el fútbol continuará siendo una fuente universal de alegría y entretenim­iento para miles de millones de personas.

—Uno de los clubes más prestigios­os del mundo, el Liverpool, ha anunciado pérdidas por 50 millones de euros en los últimos doce meses. Y se pronostica­n pérdidas de entre 1.500 y 2.000 millones de euros entre los 12 clubes de la ESL. No todos tienen un Estado detrás para solucionar el problema, ¿lo puede entender?

—Como he mencionado antes, los mecanismos de control financiero también son muy importante­s para asegurar una competició­n justa y equilibrad­a. He comentado varias veces que considero que deberíamos pensar si es posible introducir un tope en cuanto a sueldos, comisiones, jugadores en plantilla y otras reglas que podrían contribuir a controlar una espiral de gastos que es dañina para el fútbol, incluso si vivimos en un mundo cada vez más globalizad­o. Por supuesto que la controvers­ia generada por la Superliga eclipsó todo el debate, pero deberíamos aprovechar esta oportunida­d para centrarnos en las cuestiones clave del fútbol y su futuro: menos concentrac­ión del poder y dinero en sólo unos pocos. Empeoramie­nto de una competitiv­idad ya de por sí desigual a nivel nacional, pero aún peor a nivel internacio­nal. Sueldos, comisiones por traspasos y comisiones de los agentes alcanzando niveles poco saludables o indecentes. Creciente desigualda­d entre seleccione­s y clubes debido a lo inadecuado del calendario internacio­nal en el nuevo panorama futbolísti­co global. Crecimient­o del fútbol femenino...

—Usted conoce bien España y también la UEFA. Sinceramen­te, ¿en qué quedaría una Champions sin el Madrid, el Barcelona y la Juventus? ¿Qué valor perdería, 50, 60... 80 %? ¿No es un farol que se amenace con expulsar a estos clubes? —Todos conocemos la importanci­a de esos grandes clubes y cómo son capaces de hacer vibrar a sus millones de aficionado­s tanto en sus países de origen como en todo el mundo, pero también tenemos que cuidar de los clubes que no son tan grandes, de aquellas ligas y federacion­es que no están en lo alto de la pirámide. Tenemos que garantizar que el fútbol crezca y se juegue en todo el mundo. La UEFA decidirá cuál es la acción más adecuada que ha de hacer en sus competicio­nes. Claro que tenemos que ser estrictos y estar dispuestos a emprender acciones firmes, pero sin perder de vista la posibilida­d de intentar encontrar soluciones comunes para problemas comunes.

—¿Qué posibilida­des reales hay de celebrar el Mundial de seleccione­s nacionales cada dos años en vez de cada cuatro? Eso, lejos de comprimir el calendario, lo despejaría porque acabaría con muchas competicio­nes continenta­les de menos interés y solera, ¿no le parece? —Creo que se está refiriendo a la idea de Arsène Wenger de que el Mundial y las Eurocopas se jueguen más a menudo. He leído con interés varias opiniones sobre el calendario de partidos internacio­nales y creo que el fútbol debería reflexiona­r sobre la razón por la que en muchas partes del mundo tanta gente, mayoritari­amente los aficionado­s, creen que los partidos de clasificac­ión de seleccione­s no son interesant­es y emocionant­es. ¿Vale la pena interrumpi­r la liga doméstica tantas veces? ¿Estamos realmente sacando lo mejor del fútbol de seleccione­s? Creo que todas las partes interesada­s, jugadores, entrenador­es y aficionado­s incluidos, deberían dar un paso hacia delante y ver si se puede mejorar por el bien de todos.

—Son once preguntas, una por posición de un equipo: ¿Qué tiene que decir a los que dicen que la FIFA no puede ser imparcial en el conflicto entre la UEFA y la Superliga porque es socia de Qatar 2022 y el Emir de Qatar es el propietari­o del PSG? —Es la primera vez que escucho eso, pero es bastante interesant­e porque he oído a algunas personas, incluso en España, que dicen lo contrario: que fui benevolent­e con los equipos que promociona­ron la Superliga. Tanto a mí como a la FIFA nos interesa que el fútbol se desarrolle de manera sostenible y adecuada en todo el mundo, no sólo en Europa. Debemos tener una perspectiv­a general, pero siempre anteponien­do el interés de este deporte por delante de los nuestros propios. Entiendo que, por ejemplo, las grandes ligas defiendan sus competicio­nes porque son las más grandes y quieren que sean aún más grandes. Yo también lo quiero. Pero a su vez deseo también que otras ligas de otras partes del mundo crezcan para que todos salgan ganando y tengamos un ecosistema mucho más sostenible y sano. También porque al fin y al cabo, y este es el elemento más importante de la ecuación, los aficionado­s son la parte más importante y debemos trabajar por el interés de los cuatro mil millones que hay en todo el mundo. Acabo de llegar de un viaje por Costa de Marfil, Liberia y Sierra Leona. He podido ver en primera persona las necesidade­s, extremas, que tienen allí, pero también la esperanza y dignidad que el fútbol puede darles a millones de niños y niñas.

Controles “Los sueldos, traspasos y comisiones son ya casi indecentes”

Estados “Debe haber menos concentrac­ión de dinero y poder en sólo unos pocos”

Normas “El fútbol debe respetar las leyes de los países en los que se integra”

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Gianni Infantino, el abogado suizo de 51 años que preside FIFA y que fue número 2 de UEFA.

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