AS (Catalunya)

La residencia del Atleti en Madrid: pilar de su cantera

145 futbolista­s, en siete años

- REPORTAJE GRÁFICO PEPE ANDRÉS

Wanda), India, México, Canadá, Pakistán y fuertes lazos en casa, Madrid, España. “No hay nada más gratifican­te que descubrir talento”, dice Emilio mientras abre esa carpeta que guarda el secreto. Hoy 1.235 chicos y chicas. 66 equipos, 49 masculinos y 17 femeninos. 175 entrenador­es. 1.309 partidos. 245 torneos. Desde prebenjamí­n, siete años, hasta el filial, adultos. Presupuest­o de 16 millones. Esos son los números. Los de la Academia Federada más grande del mundo. Con mucho personal detrás. 22 preparador­es físicos. 12 analistas. 27 delegados. 12 entrenador­es de porteros. 46 en los servicios médicos. 10 en el almacén. Manos, cabezas, personas con un pensamient­o. Hacer Kokes, Torres, Gabis.

Un 3% llega al primer equipo. Otros muchos, a vivir del fútbol profesiona­l, aunque sea lejos (De Gea, Rodri, Theo, Lucas, Thomas, Óliver...), dejando dinero en la hucha de una cantera que trabaja en la búsqueda de los próximos Koke, Amanda. Futbolista­s que con su mera presencia ya responden a esa frase: “¿Papá, por qué somos del Atleti?”

Todo niño que esté en la residencia (masculina) tiene que estudiar, no sólo jugar”. La frase es el dogma con el que Javier Valleros coordina de la Residencia del Atlético en San Sebastián de los Reyes. Abierta hace siete años auna alto rendimient­o deportivo y rigidez en los estudios en sus cuatro plantas. “Que tengan un plan B”. Por si falla el fútbol. Que estén los codos.

Bajo el dogma anunciado por Javier Valleros trabajan en sus cuatro plantas once personas, todos con un perfil educativo, con los jugadores residentes, 72 en esta 2021-22, de edades comprendid­as entre los 11 y los 19 años. Hay psicólogos, profesores, psicopedag­ogos. Con control diario de estudios, contacto permanente con colegios (Liceo Europeo y el Estudiante­s Las Tablas) y familias. Con profesores de apoyo, control de deberes y desarrollo deportivo que se respira en sus hábitos: el estudio más alimentaci­ón y descanso. Un mueble en su recepción, 24 horas, resume las reglas: en ella deben depositar los chicos sus móviles, prohibidos a los menores de 16 salvo media hora al día para llamar a las familias. Los menores de 15 no pueden tener redes. “Ni salir a la calle solos hasta que no hacen 16. Si salen, debe acompañarl­es un mayor”, explica Javier. Eso ahonda la hermandad. El equipo, la piña, el fútbol. Una recepción que está en la primera planta. En la segunda, la sala de ocio, con billares, futbolín y proyector, con el comedor y la biblioteca. Tercera y cuarta, habitacion­es, con el Atleti no sólo en los sueños también en las sabanas, colchas y almohadas.

145 jugadores han pasado ya por ella este tiempo. Con nombres como los de Joaquín Muñoz, Montero, Álvaro García, Cedric, Soriano, Garcés, Mollejo, Valero o Toni Moya. Una vez residentes. Hoy ya en el fútbol de élite.

“Que me gusta tanto el parón de seleccione­s como le ha debido gustar a Simeone...”

El parón de seleccione­s nos ha traído de todo. Nos están acostumbra­ndo a parar el campeonato de Liga para jugar las eliminator­ias del Mundial, y ahora nos quieren acostumbra­r a parar las eliminator­ias del Mundial para jugar la Nations League… y luego se inventarán la Super Nations Super League y pararán Liga, Mundial, Nations League, y la madre que lo parió. El caso es despistar y revolver, o revolver y despistar. Un absoluto lío, agravado por los consecuent­es virus. No teníamos bastantes virus y se inventan el ‘virus FIFA.’

Así que uno sueña con regresar a la ¿normalidad? y jugar, o ver jugar, su partidito de Liga entre dos equipos de mitad de la tabla, que no sufren ‘virus FIFA’, ni tienen jugadores en la Selección española, y esperan de brazos cruzados a que los directivos dejen de inventarse tontás para seguir soñando con intentar meterse en Europa a duras penas, o con intentar alejarse de los puestos de descenso, que se habla muy poco de ellos. Son esos equipos. Yo en cambio siempre sueño con que no nos devuelvan a Giménez lesionado, o a Suárez renqueante, que no estamos para sustos. O a Griezmann deprimido (más aún).

RLuis Enrique está convirtien­do a la Selección en el equipo del ¡Uy! Yo no esperaba demasiadas cosas de esta Selección, pero reconozco que el diplomátic­o Lucho está consiguien­do que la siga con más emoción y más devoción de las que esperaba, aunque casi, casi siempre termine las competicio­nes o partidos más importante­s diciendo ¡Uy! Al fin y al cabo soy del Atleti, que es el equipo más ¡Uy! que conozco. Y al fin y al cabo, uy son esas dos letras que tanto tienen que ver con mi queridísim­o Uruguay, y el Atleti siempre ha sido un equipo bien uruguayo. Y bien ¡Uy!

esumiendo, que me gusta tanto el parón de seleccione­s como le ha debido gustar a Simeone. Para nosotros ha sido más un parón de sensacione­s que un parón de seleccione­s. A ver si llegan todos más o menos sanos, y podemos seguir ahí arribita disfrutand­o de ese liderato compartido.

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Arriba, zona de ocio y habitacion­es. Abajo, pizarra con reglas.
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Luis Enrique, en la final España-Francia de la Nations.
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