El Tour de Froome Ganó tres etapas, el combativo, el 5º maillot verde... Y fue un showman
Sumó su tercer triunfo en París Nairo y el Movistar subieron al podio
Chris Froome se superó a sí mismo con un amplio repertorio: descenso, abanicos, contrarreloj, subida, cronoescalada... Y conquistó su tercera victoria en el Tour de Francia con nula oposición de su rivales. Nadie le atacó. Bardet y Nairo le escoltaron en el podio de los Campos Elíseos.
Sinos pidieran que resumiéramos el Tour 2016 en imágenes, estoy convencido de que la mayoría tendría como protagonista a Chris Froome. Hagan la prueba. La primera, no creo equivocarme, nos muestra al maillot amarillo corriendo desesperadamente a pie por el Mont Ventoux. En la segunda, a ver si acierto, vemos al ciclista del Sky dando pedales sentado en la barra de su bici en el descenso del Peyresourde. ¿Vamos bien? A partir de ahí puede haber menos consenso, pero seguramente en el top también colocaríamos la caída y el cambio de bicicleta de Froome en el descenso del Bisanne y el abanico junto a Peter Sagan.
Pueden hacer el test con su entorno. Ayer por la mañana, mi mujer me sorprendió con una pregunta: “¿ Quién ha ganado el Tour?”. Tras aclararle que Froome, su réplica fue rotunda: “¿Ese que corría por el monte? Se lo merece, se lo ha currado”. Efectivamente, Froome ha sido el único que se ha currado la victoria. Y lo ha hecho con un amplio repertorio: descenso, abanicos, contrarreloj, subida, cronoescalada... Sólo le faltó esprintar en los Campos Elíseos. Prefirió cruzar la meta abrazado a sus compañeros del Sky para celebrar su tercer Tour.
Si seguimos buscando imágenes, el siguiente que asoma a nuestras retinas es Sagan. No es un corredor para generales, pertenece a otro ciclismo. Puro espectáculo. Un showman. Le hemos visto ganar tres etapas, meterse en una decena de fu- gas, provocar abanicos, tirar de Kreuziger para intentar subirle al podio, marcarse un caballito en la meta y hasta hacer sus necesidades en la caravana de un aficionado... Sagan es más que un campeón. Y ayer recogió un doble premio: su quinto maillot verde consecutivo y el más combativo.
Más allá cuesta encontrar momentazos en este Tour. Y menos entre los gallos. Con Contador herido y con Nibali pasado tras el Giro, no había ciclistas con garra. Lo más parecido fue el ataque de Bardet con Cherel a 90 km/h en el descenso del Bisanne. La valentía obtuvo recompensa: la etapa y la segunda plaza. Y pare de contar. A partir de ahí, todos se preocuparon más por el podio que por el premio gordo: Mollema, Yates, Porte... Un argumento utilizado es que el duro ritmo del Sky no permitía alegrías. Pero también el Astana tiró dos días y Aru no pudo rematar. Hay que tener equipo, pero también líder.
Se esperaba todo de Nairo, pero no estuvo a la altura de Froome. Al principio, porque esperaba a la última semana. Y ya en la última semana, porque no iba. Su tercer puesto ha llegado más por clase que por otra cosa. Valverde, grandioso, se sacrificó por él y ha acabado sexto. Ambas posiciones, unidas al triunfo de Ion Izagirre y la clasificación por equipos, maquilla el rendimiento del Movistar.
En ausencia del renacido Cavendish, cuádruple vencedor y otro ilustre de este Tour, Greipel ganó al sprint la etapa final en los Campos Elíseos. El broche al Tour de Froome 2016.