RealMadrid:complejopor dentro,másjustoporfuera
AnteelBarçafaltaronmecanismosdegruporodado
Para
los entrenadores la Supercopa es plena pretemporada. Pero es un título y se pelea como tal. Y si hay Clásico, trasciende más. Por eso la derrota en semifinales ha generado ruido en el Real Madrid. La tranquilidad nunca es permanente en el club blanco. Los éxitos dejan de alimentar al día siguiente.
El duelo de la Supercopa se planteó como el nuevo Barça frente al Madrid de Laso y su núcleo duro. La novedad frente a lo hecho, pero no fue así. Los azulgrana presentaron dos altas, Tyrese Rice y Víctor Claver, iniciaron antes la preparación y sus internacionales se incorporaron también antes. Los blancos empezaron a correr el 29 de agosto y fueron sumando piezas por goteo. Primero Carroll y Taylor, luego Ayón. Más tarde Thompkins y, finalmente, los internacionales el día 12: Llull, Rudy, Maciulis, Nocioni y Reyes. En la campaña anterior pasó factura la falta de descanso y vacaciones, así que esta vez la prioridad era recargar las baterías.
En realidad, el equipo a priori más hecho no lo estaba tanto. Presentó tres altas ( Draper, Randolph y Hunter) y añoró los mecanismos de un grupo rodado. Hay piezas por encajar y alguna duda. Se ha ido Sergio Rodríguez, factor clave, y su contrato se lo ha llevado Anthony Randolph. Enorme talento también, distinto puesto. Formó de titular junto a Ayón en el juego interior, una pareja que puede estructurar la sexta versión del Lasismo pero sin ningún lazo todavía que la estreche. El mexicano, además, anda aún muy lejos de su mejor forma. Y Thompkins lo vio desde la barrera. Es el tercer extracomunitario cuando solo se permiten dos en la ACB (en la Euroliga no hay límite).
De los fichajes, a Randolph se le vio perdido (aunque ojo: + 5 con él en pista), mientras que Draper y Hunter ofrecieron buenos minutos y oficio. Sin el Chacho, Doncic recibe galones en el puesto de base. Así ha jugado toda la pretemporada pero ( dos metros descalzo y un físico que le permite emparejarse con ala-pívots) ante el Barça fue alero a tiempo completo. Tuvo que suplir el hueco que dejaron un Maciulis mermado físicamente y un Taylor muy desacertado que multiplica las dudas.
El juego interior es complejo de ajustar y el exterior, al contrario, viene con las piezas justas. Puede incluso que le falte una manita precisa desde la larga distancia. El Rivers todoterreno de hace dos años, currante y a la vez anotador. Lo dicho: pretemporada, el reino de las conjeturas, de lo que quizá nunca sea.
Caras nuevas Randolph pareció perdido ante el Barça, Draper y Hunter cumplieron