Griezmann les da pánico
Cinco meses después, Atleti y Bayern otra vez enfrente
Volaba el Bayern a Madrid, ayer por la mañana, y en los aledaños del Calderón ya comenzaba a vivirse el partido de esta noche. Cinco vallas amarillas apiladas en un rincón de la glorieta de Pirámides. Otras veinte en el Paseo de los Melancólicos. Doce unidades móviles de televisión, operarios tirando cables aquí y allá y decenas de carteles con indicaciones y un nombre repetido: “Champions”.
Hoy vuelve al Calderón, en la 2ª jornada de esta fase de grupos y ante un rival que son muchos dèjá vu: el Bayern. Su nombre, sin embargo, ya no due- le. Primero Saúl aquí y después Griezmann allí le curaron al viejo estadio aquella herida que le latía adentro desde la final perdida en Bruselas, desde 1974. La palabra revancha, eso sí, no se ha borrado del aire: sigue ahí, pero ahora en boca alemana.
Espinas. Tienen ganas de ella los jugadores de un Bayern que vuelve al Calderón cinco meses después de las últimas semifinales. Salvo dos retoques (Hummels y Renato) son los mismos, aunque haya cambiado el entrenador, Ancelotti, y quizá un poco el estilo. Su Bayern tiene la posesión pero también más verticalidad. Y llega fuerte, mucho. Ocho partidos esta temporada y ocho victorias. 27 goles hizo y sólo uno recibió. Si Xabi Alonso o Vidal brillan en medio, Lewandowski y Ribéry lo hacen arriba. Un Ribéry, por cierto, que con Ancelotti recuerda mucho al que era antes de Pep: más rápido y peligroso que en abril.
Ancelotti. Trece veces se enfrentó Simeone a él cuando el italiano entrenaba al Madrid. La estadística sonríe al rojiblanco (cinco triunfos por cuatro) pero no el recuerdo de su último partido. Fue en Lisboa. Mayo de 2014. Su reencuentro es otra de las espinas de esta noche. Una noche en la que el once del Atleti, curioso, recordará mucho al del Atleti ante el Bayern en la noche de abril. Si entonces eran Oblak; Juanfran, Giménez, Savic, Filipe; Saúl, Gabi, Augusto, Koke; Griezmann y Torres hoy serán los mismos salvo que donde decía Giménez hoy dirá Godín y, donde Augusto, Carrasco.
El partido es otro. El objetivo también: dar un golpe a tu rival más fuerte en la lucha por el primer puesto del Grupo D. Pero... Pero seguro que, hoy, cuando Neuer vea a Grizi correr hacia su portería no podrá evitar recordar. El gol de Múnich. Los dos de las semifinales de la Euro. Recordar y sentir el pánico. Y las ganas de revancha. Aunque ayer, cuando este partido sólo eran vallas amarillas apartadas y operarios tirando cables, ningún alemán quisiera decirlo, reconocerlo.