La vuelta de Orellana es un alivio
Salvo sorpresa mayúscula, Fabián Orellana no será titular hoy en el Villamarín. Lleva cinco semanas parado y alinearlo desde el inicio sería prácticamente una temeridad. Un riesgo innecesario, máxime teniendo en cuenta la final que deberá jugar el Celta dentro de cuatro días en Atenas. No obstante, su regreso es un alivio para Berizzo.Y para su socio Iago Aspas.Y para todo el frente de ataque celeste. Orellana ofrece siempre una solución alternativa y otorga al equipo un arco iris de ideas. Quizás sólo esté para jugar media hora, pero parece tiempo más que suficiente para arreglar la papeleta. Y, sobre todo, para que el Celta vuelva a ser el Celta. Que no es poco.
En estas últimas semanas sin Orellana, el Celta se ha encomendado a Aspas, casi con ruego divino. Y el moañés ha contestado con creces. Su estado de forma es excelso. Que se lo pregunten al Granada, su última víctima. O al Standard. Oa Inglaterra. O al Ajax. Las exhibiciones de Aspas empiezan a cubrir el cupo necesario para su canonización. El regreso de su socio Orellana puede proporcionarle todavía más méritos. La final de Atenas ante el Panathinaikos puede despistar, pero no a Aspas, quien será baja por sanción. El delantero no oculta su rabia por perderse ese duelo tan importante. Y cuando juega con rabia, suele morder... Veremos qué hace.