El Madrid se da un homenaje prenavideño
Llegó a ganar por 37 ● Doncic, Llull y Ayón jugaron a gran nivel
En la Euroliga más igualada, los blancos se dieron un homenaje en su último partido en casa de este 2016. Y de paso ahorraron energías antes de viajar a Belgrado, donde mañana espera el Estrella Roja. Volvió Thompkins y no actuaron ni Randolph ni Maciulis.
En la Euroliga más igualada de siempre, la de los duelos en el alambre, el Real Madrid se dio un buen homenaje prenavideño: +37 en el minuto 32, 79-42. El Bamberg no es el CSKA, queda claro, pero juega bien, su proyecto transmite ilusión y Madrid se le da bien. O se le daba. En tres de sus cuatro visitas anteriores solo cedió cuando el marcador marcaba las décimas. No esta vez.
Actuación redonda de los blancos con Llull, Doncic y Ayón sobrevolando a sus rivales en cada duelo directo. Defensa y ataque. Volvió además Thompkins cinco semanas después de dejarse la cadera derecha sobre el parqué. Le falta ritmo y le sobra muñeca. Y Hunter, que arrastraba un golpe, también estuvo, y muy bien por cierto. Músculo y visión de juego (8 asistencias en las últimas 48 horas). En este escenario idílico Laso ni siquiera echó en falta a los lesionados: un Randolph que hubiera podido jugar en caso de apuro y Maciulis, que quizá deba parar unos días.
Hablar de una mala noche del Bamberg, de su falta de puntería inicial en los tiros liberados, sería hacer de menos al Real. Muy de menos. Porque los blancos firmaron tres cuartos tremendos. Boyantes en ataque, serios en el rebote y aplicados y efectivos en defensa. Ni rastro de Melli. Ni de un desquiciado Miller. El pistoletazo de salida aturdió al equipo alemán para el resto de la velada: 11-0 con una canasta de cada uno de los jugadores del cinco inicial. La de Taylor fue triple. El sueco tuvo momentos espléndidos atrás para romper a un perímetro enemigo en el que Nikolic salió de titular. Le quedó grande sustituir a Causeur.
El Bamberg pasó de tambalearse en un cuarto a caer a plomo en el siguiente: 47-22. Lo que quedaba fue una ofrenda a la afición con Doncic melena al viento (16 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias y 3 robos) y Llull obsequiando a la grada con una mandarina suprema. La despedida en casa de 2016 se cerró con el ahorro energético activado (parcial de 16-30 y seis triples de Staiger). Espera ya Belgrado, mañana. Al año nuevo se le recibirá como merece, con el CSKA, pero eso será el día de Reyes con un buen roscón.