‘The Walking Dead’, la otra romería del Dakar

Tocaban diana a las cuatro de la madrugada. Con el tiempo justo de recoger la tienda de campaña (mi unifamiliar) y demás enseres y montar en el autobús hacia el aeropuerto de Tucumán.

Es la rutina del Dakar. Te levantas, recoges, cargas, montas en el bus, cargas, montas en el avión, cargas, montas en el bus y vuelves a cargar para instalarte en el campamento. Y, en cada rato de bus o avión, duermes para intentar recuperar. Los que seguimos la prueba parecemos sacados de un capítulo de la serie The Walking Dead, una romería de muertos vivientes que, eso sí, cuando llegamos al campamento y nos duchamos resucitamos para trabajar duro hasta la noche.

La noticia buena es que hoy remite el calor. De los 47 grados que tuvimos ayer hoy la cosa se ha suavizado al acercarnos al altiplano. Cenando con Nani Roma me reconocía que no había visto tanto calor en ninguno de sus 22 Dakar. “Quizás sólo una vez, el año que gané en San Juan. Pero esto es increíble”, me decía el grandullón bicampeón de la prueba. Y ahora nos adentramos en Bolivia y la temida altura. Seis días por encima de 4.000 metros en los que tendremos que andar con cuidado para no desfallecer. Por el momento, las dos próximas noches las pasaremos en autobús por esas carreteras de Dios. Que no decaiga.