Más fútbol que goles
Las Palmas deleita y mete en apuros al Sporting
Las Palmas se llevó los tres puntos en un partido que dominó con fútbol de altura pero con el solitario gol de El Zhar. El Sporting, más encerrado de lo normal, solo tuvo algunos chispazos.
Las Palmas y Sporting tenían el guión bien aprendido. Los de Setién, dominio del balón; los de Abelardo, arropados atrás para jugar al contragolpe. Pero a los diez minutos, la fórmula de los asturianos comenzó a deshilacharse. Primero, Cuéllar salvó un tiro cruzado de Boateng. Luego, Viera ejecutó a la perfección una falta directa que despejó el meta asturiano con un paradón. Y al minuto, Mateo rozó el gol, tras un pase magistral del ’21’ amarillo. Las Palmas se gustaba ante un Sporting demasiado conservador.
Gran nivel. Tras el vendaval amarillo, que duró algunos minutos, el partido volvió al cauce inicial: el Sporting frenó el ímpetu amarillo. Víctor tiraba del conjunto de Abelardo, en solitario y sin suerte. Pero la mejor versión de Viera salía a escena, aunque fuera a ratos, para mantener el balón cerca de Cuéllar, el mejor del Sporting. El meta sacó un mano a mano a El Zhar, después de otro pase del grancanario, que rozaba su mejor versión.
Al descanso, a Las Palmas solo le faltaba el gol. Al Sporting le faltaba todo.
El segundo acto comenzó con más de lo mismo: la Unión Deportiva en busca del gol y el Sporting esperando la contra. Viera, en otra de sus acciones, mandó un trallazo a la cruceta. Los de Abelardo se crecieron al ver que el gol en contra estaba cerca y presionaron más arriba. Mala idea. En una rocambolesca jugada, Boateng mandó un centro El Zhar, Meré trató de despejar la pelota y casi la cuela dentro de no ser por Cuéllar, que la sacó como pudo, aunque al final el marroquí, con la zurda, reventó el balón. Lillo despejó dentro de la portería y el gol subió al marcador.
El Sporting apretó los dientes y fue a por la portería de Varas. Nada que perder para los rojiblancos, que se enterraban aún más en la tabla, subieron unos metros. Los de Abelardo tomaron la réplica y metieron el miedo en el cuerpo a los amarillos. Carmona mandó un tiro al palo. Pero tras ese arrebato inicial de los rojiblancos, con un quiero y no puedo, dejó paso de nuevo a los grancanarios, que mantuvieron el orden para desactivar a su rival. Mirar a Europa o hacia el abismo.
Protesta Los rojiblancos se quejaron de que el balón no entró