El Palau clama contra Bartzokas y el Barça
A once minutos del final el resultado era de escándalo (55-80)
La derrota de ayer (79-93) del Barcelona contra el Baskonia, que venía de perder tres encuentros europeos consecutivos, provocó que el equipo azulgrana diga practicamente adiós al playoff y acabase con la paciencia de su afición.
Se acabó! La grada del Palau Blaugrana dijo ayer basta a la pobre imagen que el equipo viene dando en la Euroliga. Una fuerte pitada y muchos pañuelos blancos despidieron a Bartzokas y sus jugadores al final de una derrota (79-93), sino humillante si merecida, ante un Baskonia que venía de perder sus tres últimos compromisos europeos.
Fue la cuarta derrota del Barcelona en su feudo. Con ella, ha dicho materialmente adiós a sus opciones de estar en el playoff de cuartos de final. Y no hay lesiones ni excusas que justifiquen el desastroso encuentro de los barcelonistas, que a 11 minutos para el final, perdían por un escandaloso 55-80.
Los que debían tirar del proyecto adelante se diluyeron totalmente y solo Rice, Vezenkov, el recién llegado Faverani y el repescado Diagné aguantaron el tipo ante un rival maniatado por las faltas personales (30), pero que tuvo la habilidad de controlar siempre el ritmo del partido, con un Shane Larkin demoledor, apoyado en tareas de marca sobre Rice por Beaubois y Laprovittola. Mientras que Tillie, Voigtmann, Hanga y Budinger hacían el resto en ataque.
El Baskonia fue sencillamente un equipo, algo que no fueron los de Bartzokas, que se vinieron totalmente abajo al encajar un parcial de 3-13 dos minutos antes del descanso (43-53).
Doellman, que había anotado diez puntos en el primer cuarto, se iba a quedar en blanco hasta el final. Los vitorianos pegaban de nuevo y seis tantos seguidos de Budinger daban una amplia ventaja (43-60, min. 22) después de una técnica a Bartzokas.
Los catalanes seguían erráticos sobre la pista. Un letal Budinger (11 puntos), junto a Voigtmann, ampliaba la renta visitante (53-74, min. 27) y en las gradas del Palau aparecían los primeros pitos contra Bartzokas. Se llegaba al último cuarto con 63-83 y Diagné debutaba tras su paso por el Fuenlabrada. El pívot puso ganas en un conjunto hundido y que veía como llegaba la máxima diferencia: +25 (55-80). Un escándalo. Y todas las figuras de Bartzokas estaban ya en el banquillo. De pena.