AS (Galicia)

El Alavés se aprovecha de un Sporting desquiciad­o

El equipo vasco se sintió siempre superior a los locales

- J. R. RODRÍGUEZ

El estreno de Rubi en el banquillo de El Molinón pasará a la historia por haber sido uno de los partidos más extraños que haya jugado el Sporting ante su público en los últimos tiempos. Al final, el Alavés, con nueve cambios en su alineación respecto a la última en la semifinal copera, se llevó los tres puntos en un partido tan cómodo como inesperado por una segunda parte loca, con dos penaltis a su favor.

Poco se puede decir cuando un equipo se va al vestuario en su campo con cuatro goles recibidos, dos de ellos por penaltis tan justos como innecesari­os, y con siete amonestado­s. Al Sporting no le salió nada y, cuando atisbó una leve mejoría, se encontró con las acciones que acabaron rematándol­o.

Pero lo cierto es que los rojiblanco­s tampoco ofrecieron mucho más que en sus últimas aparicione­s en casa. El primer remate sobre la portería visitante llegó en el minuto 52 y los goles del debutante Traoré y Castro llegaron en el arreón final, con el partido roto y un rival acomodado.

Era día de estrenos en El Molinón, con Rubi en el banquillo local cambiado de sitio a petición suya y con Vesga en el campo todo el partido, al que se sumó Traoré al final. Lo que debió ser una jornada feliz para los gijoneses, se convirtió en una tortura por un equipo desquiciad­o, muy lejos de lo que puede ser su mejor versión, sin acertar en los pases y sin ver el camino claro hacia la portería rival. Los errores atrás le siguen penalizand­o.

El Alavés se encontró con el primer gol en el primer desajuste de la defensa local, luego se dedicó a no dejar hacer a los locales, presionand­o con orden, cerrando cualquier camino hacia la portería de Pacheco y aprovechan­do más tarde las ocasiones que se le presentaro­n. El equipo de Pellegrino se sintió superior al de Rubi desde el primer minuto y lo dejó marcado sobre el césped. Así de fácil se llevó tres puntos que valen su peso en oro en la carrera por una permanenci­a, que se le pone cada vez más cuesta arriba al Sporting.

Goles claves Dos penaltis rematan a los rojiblanco­s

 ??  ?? ALEGRÍA ALAVESISTA. Los jugadores del Alavés celebran uno de los goles en El Molinón ante la desolación de Lillo.
ALEGRÍA ALAVESISTA. Los jugadores del Alavés celebran uno de los goles en El Molinón ante la desolación de Lillo.
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