Es hora de decisiones futbolísticas
Decíamos ayer, aunque han pasado unos días y parafraseando a Fray Luis de León ya Unamuno, que Mareo necesita un bombero. Lo pide a gritos el Sporting donde, lejos de apagarse, los fuegos aparecen casi a diario. Ahora la polémica rodea al entrañable Padre Fueyo, capellán e institución en el club, si debe entrar o no en el vestuario para rezar antes de cada partido, como lo ha venido haciendo los últimos 20 años. La medida de Rubi de cortar esta tradición parece tan respetable como innecesaria e inoportuna. Habría que saber si por medio está la petición de algunos futbolistas o simplemente se trata de una decisión exclusiva del entrenador. Sea lo que sea, no están los tiempos para andar soliviantando los ánimos de una afición muy sensible ante los numerosos despropósitos recientes.
Primero fue prescindir del ‘coach’ Richi Serrés, al que ahora se recupera. Después llegó el cambio del banquillo local en el estadio, agarrándose a unos supuestos beneficios en los partidos, derivados de esa ubicación; pero ya es curioso que, a la primera de cambio, el asistente al que se pretende presionar por cercanía sea el que señale el primer penalti del pasado domingo. Ahora ha trascendido la prohibición de rezar en el vestuario y seguro que habrá alguna medida más que se irá conociendo. Llegado este punto, a Rubi se le pide, incluso en tono de súplica, la toma de decisiones futbolísticas que mejoren definitivamente a un equipo venido a menos. Se le ruega que le saque a la plantilla el rendimiento que no fue capaz de sacarle Abelardo, en palabras del director deportivo Nico Rodríguez.