Ganar es una obsesión

El Celta no conoce el triunfo en este mes de febrero

Después de un enero mágico, en el que el Celta ganó tres de los cuatro partidos de LaLiga y superó las rondas coperas ante Valencia y Real Madrid con un fútbol excelso, las nubes han aparecido en febrero para borrar de un plumazo aquel paisaje idílico en el que vivían los vigueses. La eliminación en Vitoria, la cruel derrota del Calderón, la desventaja frente al Shakhtar... Son demasiados batacazos de forma continuada. Los golpes se suceden sin capacidad de reacción. En los últimos tres partidos han perdido jugando mal, bien y regular. Los de Berizzo se encuentran en un laberinto mental en el que la única puerta que abre el desbloqueo es la victoria. Da igual cómo. El Celta necesita ganar. Sólo eso.

La visita del colista parece un escenario perfecto para abandonar el diván. No obstante, los rojillos afrontan el duelo como una auténtica final. Las dieciséis jornadas que restan (17 para el Celta) ya son muy pocas para ellos. El tren de Primera se escapa a toda velocidad, necesitan emplear toda su desesperación para montarse en marcha. Vasiljevic cuenta con numerosas bajas, aunque todas las miradas están puestas en Tano. Su pierna rota sobrecogió a todos, seguro que sus compañeros quieren ganar por él. Otra motivación más para un equipo enrabietado.

Berizzo volverá al sistema de rotaciones. El Toto no tira la toalla en Europa e irá a por todas en el partido del próximo jueves en Ucrania. Roncaglia y Tucu verán el partido desde la grada por decisión técnica. Mallo, lesionado, y Guidetti, sancionado, les acompañarán. Además, gente importante como Iago Aspas comenzará el duelo sentado en el banquillo.

Rotaciones Roncaglia y Tucu, fuera de la lista. Iago Aspas será suplente.

Debut. Una de las atracciones del partido será el estreno de Hjulsager. Berizzo ya ha anunciado que puede ser su día, aunque todo hace indicar que no de inicio. El danés llegó para suplir a Orellana, pero ni siquiera ha calentado todavía como celeste. Una incógnita.