Gameiro
Se echó el equipo a la espalda y marcó tres goles en un soplo, un récord que le disputa a Bebeto, aquel joven con cara de niño que revolucionó
Galicia a bordo del Depor. Esos tres goles de Gameiro valen mucho más que el sinsabor de aquel penalti que puso su nombre propio en el invernadero. Fue entonces un nombre para el infortunio y ahora es un nombre para la gloria del Atlético. Se lo dedicó a la abuela, que acaba de morir.