Cuando no tener a Bale puede ser un alivio para Zidane
Sin Bale no hay BBC y no creo que al entrenador se le ocurra meter a Morata y seguir con tres delanteros. Después del baño que pegó al equipo Las Palmas en el último partido en el Bernabéu, los aficionados tendrán ganas de ver un equipo que salga mandamás, que controle el ritmo de juego y que dome al rival con la pelota. Para ello hace falta intensidad, el término tan manoseado por Zizou, pero también son necesarios orden, estrategia y centrocampistas. Tiene donde elegir, Isco, James, y Lucas Vázquez, y todos le ayudarán a ocupar los espacios, ser efectivos en la presión y robar con inteligencia. La impronta que dejó el Madrid en Eibar marca el camino del buen juego, pero para que Modric y Casemiro puedan aparecer en campo contrario el equipo tiene que estar junto, con las líneas sincronizadas, para reducir espacios al rival y recuperar rápido el balón. Además, todos los candidatos crean peligro arriba: Isco llega con calidad al área, James tiene un cañón en la zurda y Lucas es vertical hasta la línea de fondo.
El entrenador debe darse cuenta de que cuando juega con tres arriba los contrarios llegan cómodamente a las inmediaciones del área de Keylor Navas y las ocasiones de gol se suceden con vergonzante regularidad convirtiendo el partido en una ruleta rusa para los intereses del Madrid. Jugando así se sufre mucho y le salen arrugas hasta a Zidane, sobre todo cuando los periodistas le piden que explique el mal partido de sus futbolistas en sala de prensa. Ante el Betis lo tiene fácil, da igual el que elija de los tres porque acertará.