El caballero ‘omitido’ del Ferrari azul
‘Big John’ nunca fue ‘Sir’ y ganó el título F-1 con un peculiar color
Nacido en Surrey en 1934, Surtees fue el mayor de tres hermanos de una familia en la que el padre, Jack, poseía una tienda de motos y fue tres veces campeón de sidecars en Gran Bretaña. Su afición fomentó el germen de John. “Con las herramientas me interesé por la mecánica. El interés por la competición despertó en un evento de sidecars en el que hice de copiloto de mi padre. Me dijo: ‘Sabes cómo se hace, ¿no? En ese árbol te tiras a un lado, en ese al otro... Ganamos pero nos descalificaron al descubrir que tenía 14 años”, contaba Surtees.
Con 16 se convirtió en aprendiz de ingeniero en la fábrica de motocicletas Vincent y en 1952 su nombre empezó a sonar tras derrotar a Geoffrey Duke. Su ascenso fue imparable y entre 1956 y 1960 logró 7 títulos mundiales, tres en 350cc y cuatro en 500cc, todos con MV Agusta.
Héroe de las dos ruedas debutó en F-1 con Lotus en Mónaco 1960. Adaptación increíble que explicaba él mismo: “El secreto fue conocer a mis rivales: los que eran de fiar, los que no dejaban espacio y los que se dejaban avasallar. Era un tema psicológico”. Su pericia al volante revolucionó la F-1 y a finales de 1961 recibió una oferta de Enzo Ferrari, pero la rechazó. “Ferrari nunca lo pide dos veces”, espetó el gran jefe. Un año después insistió y Surtees sí aceptó... con anécdota incluida con ‘Il Commendatore’. “Llegué a Módena en mi BMW 507 y Enzo me regañó: ‘¿Un coche alemán? ¡Inaceptable!’. Y me dio un Ferrari… que tuve que pagar”.
En 1964 ganó el título de F-1 frente a Graham Hill y Jim Clark... y con una peculiaridad. Enzo estaba enfrentado con la Federación Italiana y en las dos últimas citas, EE UU y México, llevaron un Ferrari azul y blanco. Con este peculiar color se convirtió en el único piloto en la historia con títulos en F-1 y motos. Pese a tan fantástico éxito nunca fue reconocido como Sir del Imperio Británico, honor que sí recibieron Moss, Stewart o Brabham. Flagrante omisión que no reprochó jamás. Ayer, el ‘Hijo del Viento’ falleció y se habrá reunido con su añorado hijo Henry, su ilusión, que perdió la vida tras una fatal casualidad en 2009. “No puedo culpar a nadie del accidente. Murió haciendo lo que amaba”, dijo John.