De Mr. Leafe a Herr Aytekin
Viendo el partido de octavos de la Champions que disputaron Barça y PSG el pasado miércoles, me sentí transportado en el tiempo a mi niñez. Fue un 23 de noviembre de 1960 cuando un árbitro inglés, Mr. Leafe, cometió el mayor atraco futbolístico que se recuerda al anular al Real Madrid cuatro goles (tres de ellos absolutamente legales) en su eliminatoria, también de octavos, de Copa de Europa con el Barcelona. Jamás había vuelto a ver nada semejante hasta el otro día. No es que el PSG hiciera méritos para pasar a cuartos (cosa que sí los hizo de sobra aquel Madrid imperial de Di Stefano). Los de Emery jugaron un pésimo partido, en esto estamos todos de acuerdo, pero los errores del árbitro facilitaron absolutamente la remontada culé. Me quedó con dos que son incontestables, reconocidos por todos, y que resultaron decisivos: el penalti de Mascherano a Di María con 3-1 en el marcador (lo que hubiera conllevado la correspondiente expulsión) y el inexistente penalti señalado en el minuto 90 (Marquinhos no toca a Luis Suárez, que descaradamente se deja caer) a favor del Barça. Dos decisiones que ayudaron a que el Barcelona, por otro lado muy superior al PSG, lograse clasificarse para cuartos de final. Los méritos del Barça consistieron en aprovechar las oportunidades que les brindó el juez, que fueron todas. No, no le han robado nada al PSG (como si lo hicieron Ellis y Leafe con aquel Madrid de 1960 que tan superior fue en los dos partidos) porque nada tenía ganado Emery con su ridícula apuesta deportiva, pero lo que sí es cierto es que Aytekin les colmó de regalos para que saliesen triunfantes. El fútbol es así de terriblemente injusto al estar manos de jueces tan ineptos.
José Luis Cuenca Aladro
Riaza (Segovia)