La botella aún sigue medio llena

Pesimismo a raudales desató la derrota ante el Málaga en Gijón y en la Asturias rojiblanca. No son pocos sportinguistas los que ya dan por descendido al equipo --qué pensarán en Granada, entonces, dos puntos más atrás--, pero a todos se les recomienda agarrarse al optimismo porque, de lo contrario, deben ir rompiendo el carné y disfrutar la Semana Santa alejados del fútbol para comenzar a pensar en el futuro. Por una vez, y sin que sirva de precedente, vamos a darle la razón a los profesionales que recuerdan que aún quedan muchos partidos por delante. El Sporting sigue a cinco puntos de la permanencia, como estaba antes de esta nefasta jornada, y solo ha sucedido que Rubi y sus discípulos han desaprovechado una gran ocasión de acercarse al objetivo que ahora se ha complicado un poco más.

Expuesto todo lo anterior, solo invito a una reflexión: confiando en el equipo, que el pasado miércoles no fue ni su sombra de aquel de Sevilla o el de más atrás ante el Celta o durante buena parte del choque frente al Atlético, hay que apelar a la reaparición de efectivos, titulares para más señas, para recuperar en Anoeta el terreno perdido. Se antoja que una victoria en San Sebastián puede servir para dar el paso adelante que no se dio anteayer. Y en ese caso, si se produjera esa victoria y tropezasen el Leganés o el Deportivo, ¿habría entonces que volver a verlo todo de color de rosa? Pues no. Tampoco es así. El camino seguiría a la espera de los acontecimientos. posteriores. En efecto, son las cuentas de la lechera, si se quiere, pero uno prefiere ver siempre que la botella sigue medio llena.