Sandro se exhibe de nuevo y sentencia al Granada
Doblete letal del delantero. Los rojiblancos, impotentes
El Granada estaba ante su última oportunidad para engancharse al tren de Primera. Pero hace mucho que dimitió de esta carrera. Psicológicamente su descenso lleva semanas certificado. Así lo transmite el equipo en el campo y también la grada, que apenas alcanzó la media entrada en la última final de la temporada. La llegada de Adams ha multiplicado la inoperancia de un equipo que no sabe a lo que juega, se ha vuelto incapaz de mirar a la portería rival y del que apenas se puede rescatar el trabajo sordo de Uche y Wakaso y la labor de Ochoa. No hubo ni rastro de Carcela y Ramos, sus jugadores de mayor talento.
El Málaga, una jornada más, fue lo que quiso Sandro. La movilidad del delantero desnortó por completo a Ingason y Hongla, que en ningún momento transmitieron seguridad. Keko, Camacho y Juankar avisaron a Ochoa en la primera mitad. Pero el gol en el Málaga es cosa casi exclusiva de Sandro y tuvo que ser él, nada más volver del descanso, quien decidiese el encuentro convirtiendo en oro un balón suelto en la frontal.
Sólo a raíz del gol fue capaz de estirarse algo el Granada, aunque únicamente comprometió a Kameni con un disparo de Krhin. El Málaga dio un paso atrás y aguardó una jugada para decidir un partido que tuvo bajo control los 90 minutos. La puntilla la tuvo, cómo no, Sandro. Primero estrelló un balón en el poste y con el minuto 90 cumplido redondeó otra nueva exhibición firmando un doblete que condena al Granada. Doce goles suma el ejecutor de este Málaga, quien ya acumula un buen número de ofertas.
Efecto Míchel. El madrileño tiene salvado matemáticamente a su equipo pero quiere acabar más arriba. El Granada ha tirado consecutivamente en casa tres partidos ante Valencia, Celta y Málaga, tres rivales que no se jugaban prácticamente nada y ante los que los rojiblancos ni siquiera compitieron. El descenso aún no es matemático. Pero en Granada ya se da por consumado.