AS (Galicia)

¡Marcelazo!

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Samba pa’ti. Hace una semana, muchos madridista­s nos lamíamos la herida. Que si Marcelo debía haber hecho falta a Sergi Roberto en esa jugada fatídica del 2-3, que si le faltaron tablas para frenar la hemorragia de un contraataq­ue que olía a pólvora desde su inicio, que cómo le pueden meter así un gol al Madrid jugándose una Liga con uno menos en el campo... Marcelo, que los tiene bien puestos, fue el primero en autoinculp­arse y pedir perdón tras el Clásico en la zona mixta. El brasileño lleva grabado en el corazón el escudo del Madrid y nadie le tenía que explicar lo sucedido. Pero Marcelo es tan grande que en sólo seis días ha sabido suturar la herida con un gol que posiblemen­te valga el título número 33 de Liga. Lo hizo en la hora de los hombres. En esa en la que las ideas dejan de fluir por la presión y el desasosieg­o del resultado. El 1-1 de Parejo ponía al Barça todo en bandeja. Otro año más el Valencia fastidiánd­onos una Liga. Pero cuando el cronómetro corre veloz como un misil contra el salón de tu casa, aparece un tipo como Marcelo para consumar el rescate con arte, desparpajo, talento, rabia y pegada. Lo hizo con la derecha, su pierna mala. Una señal más de rebeldía. No sabes como te quiero Marcelinho. Mi Marcos se me abrazó con tu gol como no lo hacía desde el gol heroico de Ramos en Lisboa. Te debo este momento único en mi disparatad­a existencia. Obrigado, crack.

Ese Valencia. Lo avisé ayer en las páginas de AS. Los ché arrebataro­n a Ancelotti dos ligas consecutiv­as. Desde lo de Mijatovic (aunque el Madrid pagó hasta la última peseta de la cláusula del montenegri­no) y desde el 3-0 en la final de París (¿qué culpa tuvo el Madrid de Del Bosque de ser tan superior?) el Valencia resuelve sus temporadas sólo con chafar al Madrid. Ayer mismo había muchos titulares en la capital del

Turia reclamando a su equipo que fastidiase la Liga a los de

Zidane para poder justificar de alguna manera su temporada

horribilis. Y casi lo consiguen. Entre el habitual penalti parado por Diego Alves a Cristiano

(¡otra vez!) y la genialidad de Parejo (“la joya de la cantera”, Di

Stéfano dixit) pusieron el título 33 patas arriba. Pero el arte de Parejo (¡Coslada forever!) tuvo la réplica de Marcelo con otra obra de arte. Amago y derechazo con el alma. Esos goles agónicos saben a gloria bendita. Con un triunfo así te olvidas de todo. Pero hay cosas que analizar...

Zizou, reflexiona. Vi el partido en ‘El Canario’ de Paracuello­s del Jarama rodeado de madridista­s (David y Ana de la Peña de Arévalo, mi cuñado Alvarito, mi amigo Alfonso que es más blanco que Bernabéu, el tío Carlos...). Todos estaban

moscas con el once de Zidane. ¿Queréis a Isco y Asensio?

Pues ni uno ni otro. A fastidiars­e. ¿Morata por Benzema?

Agua. La alineación no debe hacerla el pueblo, pero a éste hay que saber escucharle. Si ante el Depor juegas como los ángeles y ante el Valencia eres plomizo y previsible con el ‘Equipo A’, déjate de gaitas y toma La Bastilla.

Para eso eres francés. Un poco de espíritu revolucion­ario, Zizou.

Madridismo ‘on fire’. Lo importante es que el Madrid se ha levantado del fiasco del Clásico con la fiereza de un gigante. Seis puntos de oro y a seguir soñando con el Santo Grial de la Liga. Me lo recuerdan Raúl Peñas de Laguna de Duero (Valladolid), la Peña ‘Hat-Trick’ de Albal, José Blas y Sonia de Illueca (Zaragoza) y Manolo de la Peña Eurodís de Picaña (Valencia). Sois los mejores...

El Madrid no le pierde la cara al toro de la Liga. Sumó tres puntos ‘a lo Zidane’. Gol de Cristiano, penalti errado, 1-1 de Parejo, sufrimient­o... ¡Y golazo épico de Marcelo! No se rendirán nunca.

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