¡El Iberostar, campeón!
El equipo tinerfeño se apunta la primera Champions
De tan rápido que pasa el tiempo, casi no valoramos el pasado reciente. Hace apenas un lustro ni siquiera estaba en la ACB y hoy el Iberostar Tenerife es campeón de la primera Basketball Champions League, y además en su casa. Ni el mejor guion esperaba algo así. Un pasito más del Canarias. Un victoria de todo el archipiélago, a la vanguardia del baloncesto español con dos equipos entre los mejores de España y pujantes en Europa.
De inicio los fallos se sucedieron hasta que los triples dieron las primeras ventajas al Iberostar. Y así, desde la línea de tres, mandaron sobre un rival precipitado (19-12) que se recompuso de la mano de Theodore, el MVP de la competición: 33-31 al descanso.
Tensión. Quedaban 20 minutos, y la gloria esperaba impaciente. Y la tensión, claro, no podía faltar. Especialmente en el caso del Iberostar, que tardó más de 4 minutos en anotar su primera canasta (triple de Doornekamp para el 37-34). De la nada al todo, pues acto
seguido llegó el tercer triple de Grigonis (40-34). El Banvit aguantaba como podía las embestidas chicharreras, siempre con Theodore como referente.
Llegaron los minutos del todo o nada, donde otra copa mereció el temple de los nervios por parte del Canarias, que se dedicó a conservar siempre su ventaja por exigua que esta fuera. El Banvit llegó a ponerse en desventajas de dos puntos (53-51, 55-53) pero quien tantas veces le salvó, Theodore, le condenó con varias e inexplicables precipitaciones en ataque. Kulig se sumó a la causa otomana pero no fue suficiente, y menos después de 5 puntos seguidos de White, 2 tiros libres y un triple de videoteca, que dieron forma al 63-59 final con un minuto todavía por jugarse.
Ya estaba todo hecho, y esos 60 segundos finales sirvieron para coronar al Iberostar Tenerife, con toda justicia, como campeón de la primera edición de la Basketball Champions League. Un logro más para un club que sigue haciendo historia y que hace apenas 5 años estaba batallando en la LEB. El tiempo pone a cada uno en su sitio…