Lo que hay que arreglar
Profundidad, el lateral derecho, efectividad y convencimiento
Profundidad. El Atlético que arrolló al Madrid en 2015 por 4-0 fue un equipo intenso, pero con fútbol. Aquella tarde el vendaval colchonero se cernió sobre las espaldas madridistas. Se le atacó duramente por los costados, con Juanfran y Siqueira percutiendo por ambos laterales con la permisividad de Cristiano y de Bale. Mandzukic redondeó su mejor partido como colchonero. Bien combinando bien aprovechando la segunda jugada, el Atlético consiguió asentarse en campo blanco. En el Bernabéu ni siquiera hubo juego directo. Parecía haber kilómetros entre los centrocampistas y los dos delanteros.
La amplitud y el lateral derecho. La baja de Giménez fue un imprevisto descomunal para todo el planteamiento de Simeone. Tras varios partidos preparando al uruguayo para la gran cita, por las bajas de Vrsaljko y Juanfran, tocaba de nuevo improvisar. No se valoró la opción de Savic, más acostumbrado a jugar de lateral que Giménez o que Lucas. El canterano sufrió, le costó perfilarse para defender varias jugadas, pero lo peor fue la pérdida de amplitud por ese costado. El mapa de calor de Marcelo demuestra lo cómodo que jugó en campo rival. Ni Carrasco ni Lucas le presionaron. Simeone debe buscar una solución y los tres centrales no es algo que se debería descartar a la ligera.
Efectividad. Gameiro sigue sin tener su gran noche en el Atlético. El partido —ya lo apuntó Simeone nada más concluirlo— pudo cambiar de haber resuelto el francés su mano a mano con Keylor. La pegada colchonera no se sintió. Para inquietar al Real Madrid debe ser un Atlético que acierte casi al primer disparo y que lo intente. El equipo del Cholo dio por concluido el primer episodio de la semifinal con un único tiro entre los tres postes de cuatro lanzamientos. Muy poco para un duelo de ese calado. Griezmann, solamente, no puede ser a lo único que se entregue el Atlético para marcar.
Convencimiento. Nada más terminar el partido tanto Simeone como Koke se encargaron ya de iniciar la fase de autoconvencimiento. Hay que lavar la imagen y que el Calderón tenga la despedida que se merece. Los Godín, Gabi, Koke, Juanfran..., hombres con un peso específico en el vestuario tienen que hacer ver a sus compañeros que lo que se vio en el Bernabéu no es la realidad. Tras la derrota desde algún sector se ha apuntado que la plantilla no da para más. El vestuario utilizará, como otras veces, la falta de fe externa en sus posibilidades como combustible.