Las cuentas deben salir a la plantilla

Optimismo por todas partes. Quien más, quien menos, son muchos los que confían en que se pueda obrar un nuevo milaro para el Sporting. Es bueno que haya esa corriente positiva, pero cuidado con la euforia porque la decepción, si llega, será en la misma proporción. Es legítimo y hasta saludable ese positivismo en el entorno rojiblanco, pero nadie debe olvidar que todo pasará por que el equipo de Rubi consiga ganar sus partidos y a la vista está que le cuesta un mundo. Tanto es así que solo ha conseguido cinco triunfos en todo el año y ahora tendrá que encadenar nada menos que tres seguidos. Casi nada.

Se hacen muchas cuentas, pero las únicas que tiene que salir pasan por el acierto de unos futbolistas que están obligados a dar la talla que lamentablemente no han dado hasta ahora. El equipo ha fallado más de la cuenta. De no haber sido así estaríamos ahora en otra historia. Pero es la que toca y habrá que poner los pies en la tierra, y pensar que en la primera vuelta solo se sumó un punto ante Las Palmas, Eibar y Betis, dos de esos partidos con Abelardo y ante los verdiblancos ya con Rubi en el banquillo. Llega el momento de la verdad para esta plantilla que provocó la salida del técnico gijonés por la puerta falsa, porque no rindió a la altura esperada, y tampoco ha sido capaz de mejorar, con refuerzos incluidos, de la mano del entrenador catalán.