La salvación y Hacienda tienen paralizado el club
Lo primero, aclarar futuro deportivo y económico
El Depor se ha metido en un lío deportivo que está teniendo consecuencias de cara al futuro. El equipo no fue capaz de cerrar la permanencia ante Osasuna y Espanyol y ha llegado a dos últimas jornadas de LaLiga jugándose todavía su continuidad en Primera. Aunque nadie dentro del club ni del equipo duda que se conseguirá el objetivo, lo cierto es que la incertidumbre deportiva está frenando las decisiones de la secretaría técnica toda vez que el panorama sería diametralmente opuesto en Primera que en Segunda.
A excepción del fichaje de Fede Cartabia, cerrado en enero, el Depor está a la espera de certificar la salvación para acometer los refuerzos de la próxima temporada, las bajas que pueda haber en la primera plantilla, las ventas de futbolistas con ofertas y las decisiones a tomar sobre los cedidos, tanto los que están ahora en la plantilla como los que pertenecen al club y están esta temporada en otros equipos.
Incluso esta situación afecta también a Pepe Mel. Evidentemente el técnico madrileño no seguiría si hay un descenso, pero tampoco está totalmente decidido que lo haga si se sigue en Primera a pesar de que Tino fuese tajante a este respecto hace un par de semanas. La caída del equipo en el último mes ha levantado dudas, aunque dentro del club también hay una tendencia a apostar por la continuidad y se valorará positivamente que logre salvar al equipo.
Pero la situación deportiva no es la única fuente de parálisis de la Plaza de Pontevedra. La sentencia del Tribunal Supremo sobre una parte de la deuda al considerarla privilegiada ha provocado que el club deba afrontar 50 millones en lugar de 30 a corto plazo. Hasta ahora, el Depor debía abonar el 25% de todos los ingresos extraordinarios y unos 6 millones anuales, que pasarían a más de 10. El club negocia con la AEAT variar el convenio para alargarlo en el tiempo y poder hacer frente a esas cantidades o bien encontrar un crédito de una entidad financiera para finiquitar con Hacienda y devolver más cómodamente el dinero.
Así, a la espera de solucionar lo deportivo y económico, el club está en estado de hibernación. Tanto, que incluso en la Plaza de Pontevedra ni siquiera se cierran amistosos hasta que se centre el panorama.
A la espera Todavía sin poder definir fichajes, las bajas o la continuidad de Mel